¿Estaremos atestiguando los últimos días de vida de la llamada Alianza Federalista?

Además de los “palos de ciego” que han dado desde su integración y sin lograr ser atendidos personalmente por el presidente Andrés Manuel López Obrador sino, por el contrario, los ha desestimado, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y demás mandatarios estatales rebeldes observan cómo cada vez su proyecto se va “desinflando”.

Por ejemplo, el domingo pasado el resto de los gobernadores del PAN -que integran la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional- que no son parte de la Alianza, decidieron sumarse a ella en la lucha por una justo reparto fiscal, pero curiosamente no firmaron la carta que los federalistas le enviaron a López Obrador el martes pasado. Sin duda, haberlo hecho le hubiese dado mayor fuerza al grupo y a la petición.

Ahora, ayer el dirigente nacional del PRI llevó ante la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a todos sus gobernadores, entre ellos los dos únicos integrantes de la Alianza: Miguel Riquelme, de Coahuila, e Ignacio Peralta, de Colima. De acuerdo al comunicado emitido desde Bucareli, de las demandas de los mandatario rebeldes se informó de manera muy general que “se habló sobre proyectos de gestión de las entidades federativas 2020-2021” y sobre “la coordinación y cooperación institucional con el gobierno federal”.

¿Qué viene después? ¿El encuentro entre Sánchez Cordero y los gobernadores del PAN?… ¿Y la Alianza Federalista para cuándo? ¿O estos gobernadores rebeldes no tienen interés de dialogar con la responsable de la política interior del país como sí la tienen con el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, a quien dicen que desde septiembre le fueron a “tocar” la puerta, pero no se las ha abierto? ¿O será que, al igual que la titular de Gobernación, Herrera recibirá a los gobernadores por fracción partidista y no revueltos como están en la Alianza?

Sin duda la negativa de López Obrador para recibir a estos mandatarios, la decisión de Olga Sánchez de recibir a los gobernadores del PRI y el silencio de Arturo Herrera a la petición de los aliancistas, tiene que ver con la decisión del gobierno federal de no reconocer a la Alianza Federalista como un bloque formal y legitimarla, pues sería tanto como darle su reconocimiento y ponerla a la par de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), a la que renunciaron los “rebeldes”. Y eso nunca sucederá.

Ese será el costo que pague Alfaro Ramírez y demás compañeros aliancistas, y por eso la iniciativa para que la Cámara de Diputados apruebe el reconocimiento de este bloque de gobernadores, pues actualmente carecen de cualquier legitimidad oficial como grupo y sólo existen como gobernadores en lo individual, pues además se les acusa de violentar la Constitución que prohíbe la alianza de gobernadores.

Así, pues, que no nos extrañe que llegue el fatal día para los aliancistas del 15 de noviembre cuando la Cámara de Diputados analizará, discutirá y seguramente aprobará por mayoría el Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2021 con pocos cambios y ninguno en respuesta a la demanda de los gobernadores rebeldes. No al menos del tamaño que ellos quieren.

Y es por esto que ya entrada la temporada navideña y con el arranque electoral al interior de los partidos comenzando el 2021, estaremos presenciando la extinción de esta Alianza Federalista y quizás de los sueños “guajiros” de varios gobernadores que la integran.

Y si no, al tiempo…