Ramiro Hernández García era presidente estatal del PRI cuando el delegado del Comité Ejecutivo Nacional era el ex gobernador de Durango y ex dirigente nacional de la CNC -como hoy el delegado Manuel Cota-, Maximiliano Silerio Esparza, quien dejó el cargo el siete de septiembre de 2000, luego de concluir el proceso interno para la selección de candidatos a cargos de elección popular y casi dos meses antes de los comicios del 12 de noviembre cuando se elegiría también al gobernador, cuyo candidato en aquella ocasión fue Jorge Arana Arana.
Hernández García y Silerio Esparza enfrentaron un escenario similar al que ahora les tocó a Héctor Pizano Ramos, al frente del partido, y Manuel Cota, como delegado del CEN: la inconformidad y rebelión de priistas que no fueron candidatos -en su mayoría dirigentes de los sectores-, la renuncia al partido de algunos de ellos y hasta la separación de la entonces Confederación General de Trabajadores que comandaba Teodoro Ramírez Serna, y que posteriormente regresó “al redil”.
Horas antes de su partida de Jalisco, charlé con Maximiliano Silerio en una entrevista publicada el 9 de septiembre de 2000 en el periódico Ocho Columnas (foto), en la que plasmó claramente cómo ven a los priistas jaliscienses desde afuera, y de la que vale la pena rescatar algunas partes ante la realidad que hoy vuelven a vivir los priistas.
¿Cómo observa que nunca como ahora en la historia del PRI en Jalisco se hayan dado una serie de renuncias al partido (…) por la inconformidad de lo que llamaron decisiones centralizadas?
– (…) No se puede, en la democracia, complacer a todo el mundo. La demovcracia no va con la unanimidad, la democracia es diversidad. Y precisamente los procesos internos del PRI son cada vez más democráticos; y no son los mismos tiempos de antes que los de ahora. Ahora hay partidos alternos, ahí tenemos al PRD, casi todos se van al PRD. Algunas gentes preguntan qué quiere decir PRD, y PRD quiere decir: Priistas Resentidos y Desesperados (risas).
“Tú sabes que uno de los valores más importantes de la política es saber esperar. Quien no sabe esperar, no tiene que estar en la política, salvo que ande buscando chamba”.
¿Cree que fue el caso de quienes renunciaron?
– A lo mejor sí, si les ofrecen algo atractivo, porque los mismos priistas me decían: Oiga, yo quiero ser regidor. Y les decía: sí, como no, vamos a ver. Oiga, pero del cinco (lugar) para atrás. Ah, le dije, vamos a ver qué se puede hacer. Le dije a una dama: bueno, está bien, nomás que todos quieren del cinco para atrás, y me dijo: No, yo no, yo quiero del cuatro para atrás…
“Ante estas actitudes de certidumbre de derrota y no de victoria, no se puede hacer mucho. A quienes se les ofreció el cinco y no lo quisieron, ya no quedó por nosotros, quedó por ellos… Siempre buscamos la rentabilidad electoral, y si no se les dio a esos es porque encontramos a otros que daban más rentabilidad electoral y eso es lo importante…”.
En una reflexión, en una autocrítica que sirva como una aportación de Maximiliano Silerio a los priistas de Jalisco, ¿cuál cree que son los defectos, errorres o ‘prietitos en el arroz’ que deben quitarse los priistas en un afan de decirles: señores, si quieren recuperar el gobierno y mantenerse en él, hay que limpiar esto, hay que corregir esto?
– Dejarse de ambiciones personales, dejar que las bases sean las que manden (…), hacer a un lado los intereses personales (…). Todo eso, hay que tener moral política (…). En la medida en que eso se dé, que uno sea honesto con uno mismo y que deveras busque las bases, las mayorías, las que dan las victorias, y hagamos a un lado los intereses personales o los comodos fáciles, tranquilitos, ese día vamos a renacer los priistas de Jalisco”.
En aquella entrevista, Silerio Esparza reveló que a la queja del entonces dirigente de la CNC, Ricardo Chávez, de que el sector campesino no fue tomado en cuenta, le recomendó que fuera a los ejidos para ver que estaban contentos porque ahí se hicieron las planillas; que a Juan Carlos de la Torre, de la CNOP, se le ofreció ser el lugar cinco en la planilla de Guadalajara y no aceptó; que el ahora finado José García Ortiz, de la CROC, quería ser candidato a diputado plurinominal y no lo fue porque no tenía rentabilidad electoral y no quiso entrarle a la consulta que se abrió para elegir candidatos, y aclaró que nunca le quitaron nada porque nada tenía, lo mismo que a Teodoro García Serna de la CGT, mientras que a Francisco Ruiz Guerrero, de la CTM, entró en el cuarto lugar de la lista de candidatos a diputados plurinominales, “que fue lo que se pudo”.
Así, pues, la historia política en los partidos se recicla, pero al parecer en el PRI se reclica a la “N” potencia.