La visita que hará mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador a Jalisco estará envuelta por aquel inolvidable reclamo que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez hizo el pasado 4 de junio: “Quiero dejar un mensaje muy claro y directo, yo no sé hablar de otra forma: Le pido al Presidente de la República que le diga a su gente y a su partido que ojalá estén midiendo lo que están haciendo, el daño que le están generando al país con esta confrontación; porque son ellos, justamente, los que han generado todo esto que estamos viviendo…”.

Al día siguiente, el viernes 5, volvió a reiterar su reclamo: “Yo sólo le digo al Presidente de México (…) que su gente cercana, que gente de su gobierno, que gente de su partido, está apostando a la violencia como una ruta para seguir manteniendo el poder, para seguir cuidando sus intereses (…). Y le digo al presidente que él, como Jefe de Estado, está obligado moralmente a atender una petición puntual, respetuosa, que hacemos desde el gobierno de Jalisco…”.

Poco más de un mes después de este reclamo alfarista, a causa de la violenta manifestación por el asesinato de Giovanni López, el presidente López Obrador y el gobernador Alfaro Ramírez se verán cara a cara, luego de que desde entonces el Mandatario federal no le ha tomado ni una llamada telefónica al jalisciense.

Con su desdén, con su indiferencia, López Obrador le ha respondido a Enrique Alfaro, a quien acusó de faltarle al respeto a él y a la investidura presidencial con aquel reclamo y acusación.

Pero hoy el presidente no vendrá a “cobrar facturas” ni a “ajustar cuentas” -al menos eso se espera-, sino a atender un reclamo ciudadano: mayor seguridad en el Estado. “Vamos a eso, para enfrentar la violencia, garantizar la paz, la tranquilidad y proteger a los ciudadanos”, dijo en su rueda de prensa “mañanera” el lunes pasado cuando anunció su visita a lo que el diario español El País denominó el “México más violento”: los estados de Jalisco, Guanajuato y Colima.

Hoy en Guanajuato, López Obrador declaró que “tenemos como autoridades la responsabilidad con el pueblo, y en este caso, en vez de estar echando la culpa unos a otros, lo que se ha decidido es sumarnos para darle seguridad al pueblo (…)”. Agregó: “Esamos buscando mejorar la coordinación entre el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal. El ciudadano gobernador ha decidido participar en una estrategia conjunta, independiente de las diferencias que tenemos…”.

Frente a un López Obrador que prácticamente lo ignoró cuando hacía uso de la palabra, el gobernador Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, a decir de algunas crónicas, “se dobló” y se comprometió a asistir diariamente, incluso sábados y domingos, a las reuniones de la mesa de seguridad a las que dijo en diciembre del 2019 que no estaría.

“Es de sabios reconocer. Desde el 5 de julio cambié mi postura, no le abonaba nada a la construccion de la paz. Hice un compromiso con (Alfonso) Durazo y mi Secretario General (sic) -de la Defensa Nacional-, de asistir diariamente a las mesas…”.

¿Qué actitud encontraremos mañana en el presidente López Obrador y el gobernador Alfaro Ramírez? Los discursos seguramente serán similares a los escuchados hoy en Guanajuato, aunque habrá que ver si el Mandatario jalisciense se “dobla” ante el Ejecutivo federal -no sería la primera vez- y en qué momento y con qué palabras lo hace. Eso sí, indudablemente que el tono con que hablará no será como el que le escuchamos aquí en sus “videoregaños”. Será más suave, de no confrontación, de no reclamo, de no recriminación. Sabe que hablará ante el Presidente de la República…

López Obrador llegará al estado que ocupa el primer lugar en el número de cadáveres exhumados de fosas clandestinas: 487 de diciembre de 2018 a junio de este año, lo que representa el 29% del total nacional; o sea, 3 de cada 10; el estado que se ubica en la segunda posición en el número de desaparecidos: 10 mil 280 desde 1964, de los cuales 3 mil 234 se registraron del 1 de diciembre de 2018 a la fecha, y que lo ubican como uno de los cuatro estados que concentran más de la mitad de las desapariciones recientes. Y de los homicidios, mil 94 en los primeros cinco meses de este año.

Hay que advertir que si bien López Obrador reconoció tener diferencias con el guanajuatense Diego Sinhue Rodríguez, no son de la magnitud de las que sostiene con el jalisciense Enrique Alfaro, por lo que no debemos extrañarnos si hace referencia alguna a aquella “falta de respeto”, ya sea directa o sutilmente. O si Alfaro es quien saca el tema.

Pero, aún así, lo que esperamos mañana no son discursos de buenos deseos, de buenas intenciones, sino ver que sea el inicio de un trabajo conjunto, coordinado, en el combate a la inseguridad pública que azota a Jalisco.

Pero algo me dice -concretamente los antecedentes-, que todo quedará en una imagen, en un discurso del momento… Ojalá y me equivoque, pero si no… al tiempo.