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Julio César Hernández
La mala experiencia vivida en la organización de los Juegos Panamericanos -cuyos problemas aun no están sorteados-, no amilanan a las autoridades municipales de Guadalajara y ahora van por la sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud para el 2014.
Al alcalde interino Juan Pablo de la Torre no le corresponderá, por supuesto, enfrentar la organización de esta justa deportiva si Guadalajara obtuviera la sede y, por tanto, no correrá el riesgo de vivir una amarga experiencia como la de su antecesor Alfonso Petersen Farah.
Registrar a la capital tapatía en la competencia por la sede es, al mismo tiempo, ponerla en el candelero mundial de cómo no fue capaz de organizar unos Juegos Panamericanos sin tantos problemas y contratiempos como los que aun hoy enfrenta tanto para levantar la Villa Panamericana como el estadio panamericano de atletismo.
Dar este paso que deberá ser aprobado dentro de unos minutos en la sesión del Ayuntamiento, representará que Guadalajara deberá aportar una garantía económica por 12 millones de dólares, mientras que los gobiernos estatal y federal deberán de aportar también una fianza de 30 millones de dólares cada uno.
Bien dijo Juan Pablo de la Torre: “son proyectos grandes que tienen muchísismas complicaciones; sin embargo, tenemos que forzarnos a ser grandes…”.
Lástima que sean nuestras autoridades las que en estos casos, se quedan chiquitas.