Ayer una vez más Jesús Pablo Lemus Navarro mostró su verdadero rostro -que no es aquel con el que hace convenencieramente ante los medios de comunicación llamados a la unidad y al trabajo colectivo al interior del partido en el que se niega a militar y al que aborrece-, al declarar a los reporteros:

“Yo no quiero que mi informe sea un destape simplón. A Clemente lo aprecio y lo respeto, pero mi informe del próximo martes tendrá un anuncio mucho más formal, mucho más arropado, y mucho más grande que un destape simplón”.

Criticar y menospreciar el informe del senador Clemente Castañeda y su confesión de que quiere ser gobernador de Jalisco, demuestra, por un lado, que le “caló” hondo un mensaje directo de quien sabe ser leal, institucional y no traiciona; que le “dolió” escuchar los gritos emecistas de “¡Gobernador! ¡Gobernador! ¡Gobernador!” que le dirigieron a Castañeda; y que preocuparse por organizar y ofrecer un informe mejor que el de Clemente, habla de su pequeñez de miras y de que carece de la inteligencia y talento político que han demostrado sí tener, y con mucho, políticos como el propio senador y ex dirigente nacional de Movimiento Ciudadano; el secretario Alberto Esquer Gutiérrez; y el presidente municipal de Tlajomulco, Salvador Zamora, por mencionar sólo a quienes tiene enfrente en la aspiración por ser candidato a la gubernatura.

Por eso Lemus Navarro tiene que recurrir a encuestas “a modo” para “venderse” -cuando le conviene- como el único capaz de hacer ganar a Movimiento Ciudadano en el 2024. O utilizar a empresarios -que seguramente se han beneficiado en sus gobiernos en Zapopan y ahora en Guadalajara- para que presionen a Enrique Alfaro Ramírez, y le recriminen y reclamen el porqué Lemus Navarro no sería candidato de MC a la gubernatura, como sucedió en la comida de cumpleaños a la que el gobernador asistió el viernes pasado después del informe de Castañeda Hoeflich.

De esa comida, aseguran testigos que estuvieron ahí, el gobernador Alfaro salió bastante molesto y enojado porque un grupo de empresarios lo increparon para abogar por Jesús Pablo Lemus y reclamarle que debe de ser el candidato a la gubernatura, al mismo tiempo que se refirieron al senador Clemente Castañeda con desprecio y calificativos poco amigables. Sin duda, el gobernador tiene muy bien identificados a esos empresarios que prácticamente lo hostigaron en favor de Lemus Navarro.

Y es que meses atrás Jesús Pablo Lemus Navarro, en una reunión “petit comité” que sostuvo con amigos y/o socios y algunos colaboradores muy cercanos en el Ayuntamiento -no más de media docena-, les aseguró que él sería candidato a gobernador a como diera lugar, pese a que en Casa Jalisco no quisieran, aunque lamentó no tener el apoyo del inquilino de ésta.

Con su declaración a los medios el día de ayer, Jesús Pablo Lemus demostró que lo más importante para él es llevar a cabo un mejor informe de actividades que el que presentó Clemente, no el rendirle cuentas a los tapatíos, y que su preocupación está por realizar un “destape” más fastuoso que el “simplón” que a su juicio hizo Castañeda.

En una palabra, Lemus Navarro decidió “declararle la guerra” abiertamente a quien considera su más serio rival: Clemente Castañeda Hoeflich, el mismo al que el 5 de diciembre del año pasado, en la Convención Nacional de Movimiento Ciudadano le dijo: “Clemente, sabes del respeto y del cariño que te tengo, y que siempre, como lo hemos hecho a lo largo de estos ocho años, vamos a seguir construyendo juntos, porque nosotros, y lo platicamos hoy en la mañana, tenemos mucho porvenir…”.

Del dicho al hecho…