Entre la sarta de atropellos, burlas y candidatos impredecibles, la apuesta de Morena por el Distrito 19 federal ha sido una de sus peores decisiones, parece condenarlos al fracaso.

Luis Carlos Leguer Retolaza se registró como su abanderado por la diputación del Sur de Jalisco. Ningún argumento lo favorece: no es popular en el presente, no es un ganador y lo más doloroso para los militantes de izquierda: lleva cuatro meses en el partido, llegó desde la ultraderecha.

En las listas morenistas resaltaron perfiles de la entidad con pasado panista, pero al menos fueron congruentes y se unieron al proyecto lopezobradorista hace tres años (José María Martínez, por ejemplo).

Hay otros recién emigrados como la priista Mariana Fernández, un rostro vigente que había resaltado por su papel opositor dentro del Congreso del Estado. Si no les abona votos en masa, sí lo hace con credibilidad e interés público.

Desconozco qué beneficios les prometieron a Mario Delgado y Yeidckol Polenvski, pero es seguro que se los “chamaquearon”.

Luis Carlos ganó su última elección en 2000, cuando compitió bajo las siglas del PAN por la alcaldía de Ciudad Guzmán (Zapotlán el Grande). Un año donde cualquier blanquiazul iba a ganar por efecto de Vicente Fox. En el municipio no fue un edil muy bien evaluado.

Perdió sus dos intentos por ser diputado local en 1997 y 2009. Su hija fue candidata a diputada local suplente en 2015, año de su llegada a Movimiento Ciudadano; esta fórmula quedó en tercer lugar.

Conformó uno de los grupos que movieron las zonas Sur y Sureste para el partido de Enrique Alfaro, pero hasta en este cargo fue “segundón” pues de inmediato los desplazó el equipo de Alberto Esquer.

En la encomienda emecista, por cierto, trabajó de la mano de Luis Octavio Pérez Pozos, aquel operador que en 2015 fue a prisión por un escándalo en el Congreso local y que hoy es el artífice de la candidatura de Leguer, tras su paso a Morena ligado con Carlos Lomelí.

¿Quién votará por él? Si es por estructura, los fundadores de Morena en la región ya se deslindaron de su figura y aseguran no lo apoyarán. Aun con su propia agrupación llamada “Ala Democrática”, el virtual candidato a diputado federal no va a poder superar las fortalezas de su rival emecista.

Es un cartucho demasiado quemado, imposible de servir como receptor del voto de castigo; es más fácil que lo desprecien a él.

Sus antiguos copartidarios del PAN están casi todos en MC; los que permanecen, tendrán que apoyar al abanderado de la alianza “Va por México” en conjunto con PRD y PRI.

Se supone que para el proyecto de nación de la Cuarta Transformación la prioridad es preservar y aumentar su mayoría en la Cámara de Diputados. Es extraño que justo para este puesto hayan cometido el peor de sus errores en la designación de candidato y que, por consecuencia, permitan que José Guerrero de MC, con todos los detractores que pueda cargar, esté caminando con holgada ventaja para ganar.