Y no precisamente porque quienes ayer iniciaron su campaña a las presidencias municipales y diputaciones locales, sino porque coincidió con el fin de los actos litúrgicos de la Semana Santa y el comienzo de la Pascua.

Las campañas iniciadas apuntan a que en la zona metropolitana y en los principales municipios (ciudades medias) del estado la contienda electoral, al menos en teoría, será entre dos fuerzas: Movimiento Ciudadano que gobierna un gran número de ellos (51) y la coalición Sigamos Haciendo Historia, encabezando la mayoría de las candidaturas Morena. Rezagada parece estar la coalición Fuerza y Corazón por Jalisco, aunque los partidos políticos que la integran tienen sus municipios que son bastiones desde hace varios años.

Pero a diferencia de hace tres años, hoy la lucha entre MC y Morena y aliados, se vislumbra bastante cerrada, salvo que en el transcurso de las campañas suceda una sorpresa que abra la distancia entre los contendientes y permita a uno de ellos llegar a la meta con mayor tranquilidad. Pero, por el momento, no se observa en el horizonte.

Si bien en el 2021 al interior de Movimiento Ciudadano había preocupación por el riesgo de perder varios municipios, algunos de la zona metropolitana, y la mayoría en el Congreso del Estado, tras el surgimiento del partido Hagamos Jalisco que anunciaba el rompimiento político con el Grupo Universidad, una estrategia de última hora, como fue la de infundir miedo a la ciudadanía y promover el “voto útil” con el argumento de que MC era el único partido que podía detener a Morena -estrategia en el que jugó un papel importante el sector privado-, le permitió no sólo ganar las elecciones en la mayoría de los municipios que ya gobernaba, sino ratificar su mayoría legislativa.

Hoy ese escenario ya no existe y el mapa político en Jalisco podría modificarse radicalmente -ahora con la participación de un importante sector de la iniciativa privada-, permitiéndose a Morena y sus aliados ganar distritos, pero principalmente varios municipios hoy gobernados por el emecismo, incluso de la zona metropolitana. Por ejemplo, en Guadalajara y Zapopan la contienda luce muy cerrada y el resultado es de pronóstico reservado; en Tlaquepaque hasta no pocos emecistas auguran que pasará a manos morenistas, lo mismo que El Salto; en tanto Tonalá parece que Morena no tendrá mayor problema para repetir. Tlajomulco es el único municipio metropolitano donde MC tiene la victoria asegurada, pues la oposición pareciera que colocó candidatos “a modo” para que no haya sorpresas ni sobresaltos.

De los municipios foráneos, Puerto Vallarta será la “manzana de la discordia”, pues no sólo el grupo gobernante de los Michel quiere retener el gobierno, sino que existe especial interés a nivel federal de no perder este que es el más importante destino turístico que gobierna Morena. No será fácil para MC arrebatárselos, pero tampoco nada está descartado.

Como sucede siempre, los candidatos metropolitanos y sus equipos pusieron especial atención en mandar una señal de fuerza con el número de asistentes a sus eventos de inicio de campaña, que la verdad no sirve más que para la satisfacción personal y el mensaje mediático, porque lo verdaderamente importante será saberle “llegar” al ciudadano y que éste quede verdaderamente convencido de que uno de ellos puede ser mejor gobernante que los otros y se refleje en las urnas el dos de junio. No importa quién tenga más propaganda en las calles o seguidores en las redes sociales. El cara a cara será lo que convenza o no al ciudadano de por cuál aspirante debe de sufragar.

Guadalajara y Zapopan tendrán los reflectores de los medios y de la ciudadanía. Hoy podemos hacer los pronósticos que queramos sobre quién tiene más posibilidades de ganar en ambos municipios, pero el día a día de campaña será el que marque el avance de las candidatas y el candidato en el primero, y de los candidatos en el segundo. Nada puede darse por definido.

Vayámonos preparándonos, pues, para el cúmulo de propuestas y promesas que, como siempre, escucharemos de los aspirantes, pero también para la enorme dosis de descalificaciones, acusaciones, señalamientos y toda la propaganda negativa que pueda crearse y generarse -en muchas ocasiones hasta falsas-, de los contricantes.

Finalmente, en nada como en la política se hace valedero aquello de que “en la guerra y en el amor todo se vale” y “el fin justifica los medios”.

Al tiempo…