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Julio César Hernández
Catorce años después, de la mano de Beatriz Paredes Rangel, regresa al poder del PRI Jalisco la denominada “generación perdida”.
En 1995, siendo presidente del partido Rafael González Pimienta, el PRI perdió por primera vez el poder en Jalisco. Le entregó al PAN la gubernatura, las alcaldías metropolitanas y otras de los principales municipios de la entidad, así como la mayoría en el Congreso del Estado.
En ese tiempo, Beatriz Paredes estaba como subsecretaria de Gobernación y se asegura que no fue ajena a la “entrega” de Jalisco al PAN, dentro de las famosas concertacesiones que inaguró Carlos Salinas de Gortari en Guanajuato, donde no obstante que su partido ganó la gubernatura que le ganó Ramón Aguirre a Vicente Fox, el entonces presidente tomó la decisión de entregársela a Acción Nacional, pero en la persona de Carlos Medina Plascencia.
Ahora, casi una década y media después, con González Pimienta como delegado especial y encargado del despacho de la presidencia estatal, el PRI recupera el poder en los municipios metropolitanos y buscará sentar las bases para recuperar la gubernatura seis meses después de que deje la dirigencia -en diciembre del 2011-, para la que fue electo ayer de manera sustituta.
Y no se sorprenda si él resulta un potencial precandidato.
A lo largo de estos 14 años, lo que no lograron concretar otros integrantes de esta misma generación, Enrique Ibarra Pedroza frente a Javier Galván Guerrero y José Socorro velázquez Hernández ante Javier Guízar Macías, hace seis y casi dos años después, respectivamente, lo pudo ahora el ex alcalde de Puerto Vallarta.