Gilberto Pérez Castillo
Desde que se perfilaba para convertirse en el nuevo dirigente nacional del PRI Humberto Moreira, algunos priistas distinguidos de Jalisco iniciaron una ridícula competencia por posicionarse como “el priista jalisciense más cercano” al sustituto de Beatriz Paredes.
“Es que el y yo fuimos alcaldes en el mismo período y lo conocí en un encuentro de presidentes municipales priistas”, “es que fui delegado especial del partido cuando él era gobernador y ahí nos hicimos íntimos”, “yo era al único jalisciense que recibía cuando era gobernador”, “yo soy amigo de la esposa de su hermano” y “yo lo atendí una vez que estuvo en Jalisco”, son algunas de las ridículas razones con las que algunos priistas locales tratan de fingir una cercanía que no tienen con el nuevo presidente nacional del PRI.
Por supuesto esto lo hacen con la intención de hacerse los importantes entre la comunidad priistas despistada o esperando que algún medio de comunicación se haga eco de sus fantasías políticas, o con el ingenuo fin de ganar ventaja en la lucha por las candidaturas del 2012.
Lo que no entienden estos distinguidos priistas es que con el afán de demostrar -con sus ridículas supuestas pruebas de amistad con el coahuilense- es que sólo evidencian su ausencia de poder político local, mismo que tratan de sustituir por esa falsa cercanía con Humberto Moreira.