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Alfonso Javier Márquez

El PRI ya tiene dirigente. El mismo que estaba, el que vino como encargado del despacho, el que venía a apaciguar a los “levantados” en armas tras el registro de planillas amañado del anterior dirigente Javier Guízar; pero es también el que estaba también la última vez que el PRI tuvo gobernador hace 15 años, el que fue alcalde de Puerto Vallarta y luego diputado federal y luego delegado, si, Rafael González Pimienta. El mismo.

El mismo Rafael González Pimienta, el que se convierte a partir de ahora en uno más de la lista de aspirantes a candidatos a gobernador para el 2012.

Quien insista en descalificarlo de la competencia con argumentos como “ya se comprometió a que no”, “el sabe que no es el perfil” y “su tiempo ya pasó” o es un iluso, o no sabe lo que dice o de plano no le entiende a la política.

Rafael González Pimienta tiene todo para buscar la candidatura a gobernador: grupo político, posiciones en los nuevos gobiernos (en Puerto Vallarta, principalmente), Alianzas y apoyos de otros grupos políticos afines ( la CTM de Rafael Yerena y los políticos viejos, del partido) y la habilidad para construirse desde esa posición que le obsequiaron los priístas de Jalisco y el CEN una candidatura.  El problema es que ya hay por lo menos otras dos o tres aspiraciones manifestadas previamente y trabajo realizado. Una nueva podría venir a generar problemas entre el recién renacido PRI tras las victorias del cinco de julio.

Para empezar esta Ramiro Hernández, el senador, que dedicó el primer trienio de su periodo a trabajar en Jalisco la posibilidad de ser el siguiente candidato a gobernador. Se ha dejado ver como tal y lo ha manifestado por todos los rumbos del Estado. La última vez, fue en una reunión con amigos en Sayula, según se rumora en el medio político local.

Luego, está el que a raíz del proceso, se convierte en el candidato natural a gobernador, que es Aristóteles Sandoval, el presidente municipal electo de Guadalajara. Quien de manera indiscutible gana el boleto para estar en la primera línea de los que pueden ser el candidato.

Podrían estar en la lista también los otros dos alcaldes metropolitanos Miguel Castro Reynoso, de Tlaquepaque, y Héctor Vielma Ordoñez, de Zapopan.

González Pimienta desde la presidencia municipal de Puerto Vallarta y la dirigencia municipal del PRI (donde tiene a sus dos hijos) tiene el control del territorio más importante fuera de la Zona Metropolitana de Guadalajara, política, económica y socialmente.

Don Rafael tiene todo para buscar la candidatura y muy seguramente lo tiene contemplado. Ni uno solo de los priístas que estuvieron en aquellas épocas en el poder ha dejado de pensar ni un solo día en volver a tener la oportunidad de llegar a ser gobierno y ahora no van a desperdiciar la oportunidad de hacerlo.

Abrirle la puerta a Don Rafael lleva implícito abrirles las posibilidades a los viejos priístas que añoraban el poder, incluso los que estaban retirados. Dejarlo al frente del PRI es regresarle la oportunidad a quienes causaron que la gente dejara de votar por ellos en 1994 cuando el partido estaba mas lejano de la gente y los gobiernos mas corruptos.

No obstante fue decisión de los priístas. Los que decidieron, porque algunos, como los presidentes municipales electos, ni las manos metieron.