Por Julio César Hernández

Contra “viento y marea”, el dirigente del PRI en Zapopan, Carlos García Arellano, trata de llevar a buen puerto el barco tricolor que se quedó estancado en las aguas postelectorales, tras la dolorosa derrota de Jesús Casillas Romero a la alcaldía y quien, curiosamente, se ha convertido en uno de los principales adversarios del dirigente municipal.

Pero se asegura que el “fuego amigo” no sólo lo tiene del coordinador de los regidores priístas zapopanos, sino también desde otros flancos que ubican en el Congreso del Estado y de ex funcionarios que insisten en querer mantener el control de todo lo que suceda dentro y fuera del partido.

Inclusive, García Arellano “duerme con el enemigo” dentro de su propio comité.

La situación que vive el PRI en Zapopan alarmó a los ex alcaldes, que advirtieron la necesidad de sostener un encuentro con Carlos García para conocer la situación real dentro del partido y actuar en consecuencia.

Cuentan que tan claro estuvieron las cosas, que a los ex presidentes municipales no les quedó otra que cerrar filas en torno al dirigente municipal y manifestarle todo su apoyo.

Y es que García Arellano no se anduvo con rodeos. Les confesó abiertamente que, como encargado del despacho de la presidencia, aspira a presidir al partido, de manera estatutaria, por los próximos tres años, y que él renuncia a toda ambición de contender por la candidatura a la alcaldía en 2009.

Inclusive, les dijo que era el momento de evitar que quienes ya fueron regidores en alguna ocasión de su carrera política, buscaran serlo nuevamente, pues de lo que se trata es de brindarle la oportunidad a nuevas expresiones del partido, concretando el equilibrio de fuerzas al interior del PRI.

Es tal la difícil situación que vive el priísmo zapopano, que es de destacar la lista de ex alcaldes que hicieron acto de presencia en el edificio del PRI municipal: Angel “El Zapopan” Romero Llamas; Bernardo Gutiérrez Ochoa, Ricardo Chávez Pérez, Juan José Bañuelos Guardado, Jorge Humberto Chavira Martínez, Carlos Rivera Aceves -quien por cierto ya tiene su residencia permanente en Colima-, Nicolás Orozco Ramírez, Arturo Zamora Jiménez e Ismael Orozco Loreto.

Convidados a esta reunión, sin ser ex munícipes, estuvieron también Jorge Ramón Quiñonez Ruiz y Alberto Orozco Bañuelos.

La verdad es que el PRI en Zapopan siempre se ha considerado un “botín” para quienes llegan a presidirlo. Ven en ese espacio la oportunidad de “secuestrarlo” y satisfacer así sus ambiciones de ser candidatos a la presidencia municipal o a alguna diputación.

En una palabra, simplemente lo utilizan como un “trampolín” para el presidente en turno.

Y, claro, también se convierte en un excelente tablero donde las diversas fuerzas políticas, o más bien muy pocas fuerzas políticas, de las varias que existen, se reparten los espacios como si fueran de su propiedad. Por lo pronto, resta esperar que los acuerdos a los que llegaron el dirigente Carlos García y los ex presidentes municipales los cumplan.