Julio César Hernández
¿Qué entienden nuestras autoridades por coordinación? ¿Por qué después de los granadazos y narcobloqueos del uno de febrero, el Ejecutivo y los alcaldes metropolitanos echaron las “campanas al vuelo” asegurando que la coordinación entre las corporaciones policiacas permitió que los hampones no continuaran con sus desmanes? (¡Eso dijeron! ¡En serio!).
Hasta ahora, más que coordinación, lo que hemos escuchado son solo declaraciones absurdas por parte de nuestras autoridades que aun no son capaces de encontrarle la cuadratura al círculo.
Y es que ahora  nuestros gobernantes exigen que los propietarior de los centros nocturnos o antros coloquen arcos detectores de metales, para evitar que quienes ingresan a dichos lugares lo hagan armados.
Con esta exigencia, nuestras autoridades aceptan que no son capaces de contener la circulación de armas en las calles y avenidas de la zona metropolitana.
La pregunta es obvia: ¿Por qué antes de exigir a los empresarios que coloquen arcos detectores de metales no impiden que esas armas y ahora granadas anden deambulando, circulando -insisto-, en nuestras calles sin que las famosas columnas de seguridad den los resultados esperados?
Claro, entendemos quizás que los uniformados que andan patrullando no quieren arriesgar su vida, pues tal vez las armas que porten son como “resorteras” ante las que cargan los delincuentes que andan en automóviles nada discretos. Eso es entendible, pues no se trata de que tengamos héroes o mártires, cuando sus jefes no los abastecen del armamento necesario.
Pero, bueno, si no son ellos entonces ¿quién nos protegerá del crimen organizado?