Por Julio César Hernández


Si el combate a la delincuencia será como el fallido evento al que se convocó ayer a las “fuerzas vivas” del Estado, ya estuvo que no habrá éxito.


Coincidimos con el gobernador Emilio González Márquez de que en Jalisco se ha combatido a la delincuencia organizada y logrado contener sus deseos de internarse en la entidad mediante acciones efectivas de los cuerpos policíacos.


Pero no se puede avanzar si no se logra siquiera concretar la firma de los Compromisos por la seguridad, la legalidad y la justicia, que estaba prevista para llevarse a cabo ayer en el patio del Instituto Cultural Cabañas.


Para eso se colocaron largas mesas y no sólo el tradicional sillerío. Para eso se convocó a todos los representantes de los sectores productivos del estado.


¿Qué falló? ¿De quién es la responsabilidad? ¿Por qué se convoca a conocer los Compromisos por la seguridad, la legalidad y la justicia si no existen?


El propio González Márquez pide que en tan sólo 13 días se establezcan los compromisos para ser firmados el día último de septiembre, pero no se precisa de qué manera se van a integrar estos compromisos, cómo se ordenarán y cuáles corresponderán a quién. ¿Serán suficiente 13 días, incluyendo dos fines de semana, para elaborar una agenda de vital importancia que tiene que ver con la seguridad de los jaliscienses?


¿Para qué sirvió entonces la reunión de ayer? Para escuchar al Gobernador presumir que los delincuentes “no nos han infiltrado, no nos han coptado con dinero y no nos atemorizan…”; al presidente del Poder Judicial, magistrado Celso Rodríguez, pedir a los otros dos poderes “que pronto podamos contar con el presupuesto necesario para abrir más juzgados, que nos ayuden a reducir las excesivas cargas de trabajo y que hagan realidad que la justicia en Jalisco sea pronta y expedita…”; al presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad, José Bicieg Ocampo, alertar que el modelo de combate a la inseguridad “está agotado” y que “se sanciona de manera deficiente”; y al diputado Enrique Alfaro, advertir que es necesario limpiar los cuerpos policíacos, pues no habrá ley que logre desterrar la corrupción en las corporaciones…”.


Mientras tanto, esperemos a que llegue el 30 de septiembre, a ver qué pasa.