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Julio César Hernández

 

Después de la caída de Javier Guízar Macías como dirigente del PRI, comienzan a trascender versiones de aquellos allegados que lo traicionaron y lo dejaron “morir” en el más completo abandono, no obstante que se aprovecharon de su cercanía y lograron beneficios que de otra manera no hubieran podido obtener.

 

Es el caso, dicen, de José Manuel Carrillo Rubio, ex secretario de Organización, quien sin la voluntad de Guízar Macías no estaría hoy en la lista de candidatos a diputados locales plurinominales y a la que dice que no renunciará.

 

¿No fue eso lo último que dijo Javier Guízar Macías, de que no renunciaría a la dirigencia del PRI?

 

Cuentan que otro caso de traición al defenestrado ex dirigente es el de su ex secretario de Finanzas y hoy ocurrente candidato a diputado federal en el distrito seis, Jorge Humberto López Portillo Basave (JoLoPo) a quien Guízar designó secretario de Finanzas en el comité estatal y luego lo hizo (quizás no como orgullo de su nepotismo, pero sí como orgullo de su amistad) candidato a legislador, pese a ser un desconocido, no tener trabajo partidista en Jalisco ni los merecimientos para serlo, y ni siquiera conocer el distrito seis.

 

Sin embargo, cuentan que se acercó a los inconformes y les aseguró tener información y pruebas con los que lograrían la “caída” de Guízar y Galván, siempre y cuando lo ayudarán a él a no ser “salpicado” por el conflicto financiero.

 

Otros dos casos de presuntas traiciones fueron las del compadre Javier Galván y la del dirigente del PRI en Guadalajara, Eduardo Almaguer.

 

El primero, negándose a entregarle su renuncia a la candidatura a regidor en Guadalajara y esconderse ante la desgracia del compadre, mientras el segundo se mantuvo al lado de Javier Guízar, lo acompañó en aquella rueda de prensa en el Hilton, pero al advertir lo que se venía, convocó a los medios de comunicación bajo el pretexto de hablar sobre la situación económica en Guadalajara, ocasión que aprovechó para deslindarse del ex dirigente.

 

Y esos, y algunos más que hoy le dieron la espalda, son los que se decían amigos de Javier Guízar.