En mi columna “Entre Semana” del 4 de noviembre de 2009 -publicada en “Ocho Columnas”-, titulada “El Bajío y la Villa” escribí lo siguiente:

“La Organización Deportiva Panamericana (Odepa) decidió que sea la zona de El Bajío del Arenal, en Zapopan, donde se levante la sede que albergará a los deportistas que participarán en la justa deportiva del 2011”.

Más adelante, al referir los “contras” de construir en esa zona el complejo deportivo, escribí:

“Especialistas en medio ambiente han advertido ya la inviabilidad de levantar ahí esta obra (…). El hidrólogo Jorge Gleason advierte que ‘es una zona que debió ser declarada reserva natural por su fragilidad y las funciones hidrológicas que tiene'”.

Esto fue, anótese, en 2009.

El 5 de marzo de 2014 -hace cuatro años-, cuando la discusión era qué hacer con la Villa Panamericana, la Universidad de Guadalajara emitió el siguiente boletín -que se difundió en aquellas fechas en los medios de comunicación-, que bien vale recordarlo ahora en sus puntos torales cuando regresa a la palestra la propuesta de que se instale ahí el Conacyt.

El comunicado de prensa de la UdeG decía:

“De ser habitada la Villa Panamericana traería más complicaciones a futuro para el abastecimiento de agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), revela un estudio realizado por las alumnas Lizett Guadalupe Cázares Hernández, Nataly Robledo Rodríguez y Alejandra Ortiz Padilla, de la licenciatura en Gestión y economía ambiental del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas. “Si se habitara haría más daño que si fuera destruida”, señalaron las tres alumnas, que hicieron un trabajo de campo y documental sobre la zona del Bajío, lugar donde se construyeron los edificios para vivienda de los atletas que participaron en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.

“La zona del Bajío del Arenal comprende la sub-cuenca Boca de la Arena-El Bajío y la sub–cuenca Atemajac–Colomos, donde la principal forma de captación de agua es mediante la filtración, la cual ya no será posible debido a las capas de cemento hidráulico que se han colocado para la construcción, no solo de las villas, sino de otros lugares, como el estadio Omnilife.

“Tras la construcción de la villa otro problema que se presentó fue el de las descargas a cielo abierto, pues aunque se instaló una planta tratadora de agua, la capacidad no fue suficiente y las aguas negras comenzaron a desbordarse. Los mantos freáticos limpios fueron contaminados por esas descargas, explicó Nataly Robledo.

“En caso de habitarse la villa habría contaminación con todos los desechos que generen las personas que ahí vivan. “No se debió construir nada, ni siquiera el estadio Omnilife”, dijeron las estudiantes que actualmente cursan los últimos semestres de su carrera.

“En cuanto al futuro de los edificios que comprenden la villa se tiene la intención de que el lugar sea un complejo habitacional, incluso se ha pensado en hacer un asilo o un hospital. Por el momento el proyecto ha quedado rezagado debido a las acciones de algunas organizaciones civiles, el Parlamento de colonos y los vecinos de Rancho Contento, quienes impidieron que se habitara y han propuesto que se demuela la construcción, señalaron las estudiantes.

La investigación realizada por las estudiantes tiene como nombre “Historia de un crimen ecológico anunciado (la Villa Panamericana) en el bajío del Arenal, Zapopan, Jalisco”, y forma parte del libro La gobernanza del agua en las ciudades, coordinado por académicos del CUCEA; entre ellos los doctores Salvador Peniche Camps, Martín G. Romero Morett, José Héctor Cortés Fregoso y Manuel Guzmán Arroyo”.

Hasta aquí el contenido de aquel comunicado de prensa.

Con estos antecedentes, surge una pregunta: ¿Conocerán de este asunto los futuros funcionarios de Andrés Manuel López Obrador? El promotor de que el Conacyt sea instalado en la Villa Panamericana, el munícipe Jesús Pablo Lemus, ¿le habrá informado de esta situación al futuro jefe de gabinete de AMLO, Alfonso Romo, ahora que presumió que se reunió con él para presentarle su propuesta?

Ojalá y antes de que se tome una decisión seria, el gobierno de López Obrador conozca los antecedentes de la construcción de la Villa Panamericana en El Bajío y los problemas ambientales y legales que la enmarcan.