Hoy Enrique Alfaro Ramírez cumple su primer año como gobernador de Jalisco y curiosa y coincidentemente será de una manera que ha caracterizado su administración: fuera del estado…

Y es que en Jalisco ha sucedido lo inimaginable cuando Alfaro Ramírez se ha ausentado del estado y se encuentra en el extranjero o en algún otro lugar del país, ya sea por razones de trabajo o por vacaciones. Desde fenómenos naturales -incendios o inundaciones- hasta balaceras u otros hechos de sangre y desgracias que evidencian la grave inseguridad que vivimos, han sucedido en ausencia del Mandatario estatal.

Hoy sus primeros 365 días al frente del Ejecutivo los celebrará… en Madrid. Dios nos agarre confesados.

¿Cuál es el balance ciudadano en torno a este primer año de Enrique Alfaro, un político que generó grandes expectativas políticas desde que llegó como presidente municipal a Tlajomulco, luego como alcalde en Guadalajara y posteriormente al gobierno del Estado, pero que en los hechos ha dejado mucho que desear y tiene una deuda grande con los jaliscienses?

Muchas son las asignaturas pendientes y en las que Alfaro ha quedado a deber, pero ninguna como el de la seguridad pública. Aunque se nieguen a reconocerlo, en este rubro el gobierno alfarista ha fracasado en su primer año. Desde la designación de los responsables -donde ha sido muy cuestionado la designación de Macedonio Tamez como coordinador de Seguridad Pública, por su bfalta de experiencia; de Gerardo Octavio Solís como Fiscal General del Estado, porque se quedó en la época pasada de hace casi 20 años cuando fue procurador del Estado; y del general Velasco al frente de la Secretaría de Seguridad y que terminó por ser cesado del cargo.

A esto hay que sumarle la torpeza con que se constituyó la Policía Metropolitana que generó la discusión y la discordia entre los presidentes municipales metropolitanos, y que cuando quisieron constituirla en un Organismo Público Descentralizado (OPD) se dieron cuenta que el camino tomado no era el correcto y tuvieron que recular para desaparecer la Agencia Metropolitana de Seguridad y cobijar con su registro como OPD a la flamante pero prácticamente inexistente Polícía Metropolitana.

Y qué decir de las fosas, de los embolsados, de los encobijados, de los mutilados, que son el tema de cada día en los medios de comunicación, pero más como estadísticas que como noticia porque ante la secuencia con que aparecen dejaron de serlo.

Es cierto, podemos hablar de otras asignaturas pendientes que Alfaro no ha cumplido o ha agravado en comparación con sus antecesores, como son las licitaciones irregulares, convertidas ya en el sello distintivo de la administración alfarista. O del burdo manejo del problema del dengue, donde gracias al titular de Salud, Fernando Petersen, a quien el gobernador se empeña en sostener en el cargo, Jalisco se mantiene en primer lugar a nivel nacional en casos confirmados y muertes por esa causa.

Y así podemos seguirle. Pero sin duda el clamor generalizado de los jaliscienses a su gobernador es atender la aguda inseguridad pública, y si para ello es necesario relevar a su gabinete de Seguridad, no debe tener temor de hacerlo y reconocer que falló, porque quizás ahí esté en principio parte de la solución a este grave problema.

Ojalá y así sea. Mientras tanto, crucemos los dedos para que a partir de hoy y hasta el martes próximo no suceda nada extraordinario en Jalisco.

Al tiempo.