“Abrazos, no balazos”, dijera Andrés Manuel López Obrador, pero sus correligionarios de Morena fue lo menos que secundaron durante la celebración de sus asambleas distritales con miras a la elección de dirigencias el próximo 10 de noviembre… si es que no hay cambios de última hora.

Infinidad de imágenes de disturbios, discusiones y hasta heridos registrados en estos encuentros entre morenistas circularon en las redes sociales y se denunciaron robos de computadores y hasta disparos de arma de fuego que hirieron a algunos asambleístas en Guadalajara.

Lo sucedido en diversos puntos del estado nos remontaron a los escenarios del perredismo violento, de aquel que buscaba resolver sus procesos internos entre golpes y gritos, y en donde era normal que se contabilizaran infinidad de heridos.

¿Quiénes fueron los que llevaron a cabo estas acciones de violencia? ¿Quiénes son los autores intelectuales? ¿Son militantes de Morena? ¿Son personas externas a este partido? ¿Son integrantes de grupos de choque?
¿Quién puede identificar a los autores de las trifulcas e incluso a quienes dispararon en contra de la gente? Creo que esto es lo primero que hay que aclarar, porque bien podríamos creer que todos los agresores o quienes iniciaron los desmanes son militantes de Morena que incurrieron en estos actos con un propósito muy claro: reventar las asambleas.

Y si éste era el fin, ¿se equivoca quien crea que la mano que meció la cuna fue la de los simpatizantes de la dirigente nacional, Yeidkol Polevnsky, quien propuso la suspensión de las elecciones por una serie de irregularidades y porque no existían las condiciones para llevarlas a cabo? ¿O fueron sus adversarios que creen que con esto dañan la imagen de la dirigencia actual y con ello buscan dejarla fuera de la contienda por la dirigencia nacional?

El dirigente estatal de Morena, Hugo Rodríguez Díaz, emitió un primer comunicado en donde condena los actos de violencia “para desestabilizar los procesos democráticos” del partido, y aseguró que “personas ajenas a nuestra organizacion violentaron” su proceso y pusieron en riesgo la integridad de los militantes, como “en los distritos 3, 5, 7, 8, 9, 10, 16 y 17” donde “ingresaron comandos armados a nuestras asambleas” y se llevaron “los equipos de cómputo, listados nominales, urnas y boletas”. Dichos grupos iban en “camionetas sin placas de circulación” en Tepatitlán, Tlaquepaque, Jocotepec y Puerto Vallarta, entre otros lugares.

¿Debería sorprendernos lo sucedido hoy en las asambleas de Morena? Podríamos decir que no ante el clima de división, de enfrentamiento, que se vivió en los días y semanas previas, y porque quizás ya nos tienen acostumbrados a un pasado que persigue a muchos morenistas por su paso en el PRD, porque siguen actuando como tribus, porque en ocasiones su radicalismo los lleva a actuar de la misma manera contra sí mismos.

Habrá que esperar unas horas más para conocer el balance final de estas asambleas, muchas de las cuales se cancelaron por no existir las condiciones adecuadas para realizarlas y que tendrán que reponerse, y saber las repercusiones que tendrán en la elección de las dirigencias… si es que no se decide lo que Yeidkol Polevnsky solicitó: posponer la elección.

Al tiempo.