Legisladores de todos los partidos políticos aprobaron las reformas a la ley electoral vigente. Fueron ellos los que elaboraron y aprobaron los artículos 229 y 230 que establece, el primero, que los precandidatos podrán hacer uso de los espacios y tiempo en los medios de comunicación electrónicos asignados a sus partidos, y que los precandidatos podrán hacer trabajo proselitista ante militantes, simpatizantes y población en general, el segundo.
En legislaciones electorales anteriores los precandidatos no tenían acceso a los medios de comunicación electrónicos, como ahora sí sucede. En legislaciones anteriores no se especificaba que los precandidatos podían hacer precampaña ante la “población en general”, como ahora sí sucede. Pero ni antes ni ahora las legislaciones electorales prohibían y prohiben que los precandidatos únicos hagan precampaña. Los que lo impedían eran los propios partidos como el PRI, que ahora no lo hace.
Lo que sí se estableció por resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fue que el precandidato único no podía hacer precampaña con spots en los medios de comunicación electrónicos. Eso le impidieron hacer en su momento al precandidato único de la izquierda a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Hoy los partidos políticos y sus precandidatos por las presidencias municipales de la zona metropolitana, principalmente, montan un teatro donde se acusan mutuamente de violentar la ley, cuando primero los legisladores de esos partidos aprobaron lo que hoy establece la legislación electoral y les dan “manga ancha” para que hagan y deshagan “a sus anchas”. Y, segundo, cuando muestran poco recato para actuar con ética en estas precampañas.
El fin de semana pasado, el Instituto Nacional Electoral prohibió se continuaran transmitiendo en los medios electrónicos los spots de los precandidatos a la alcaldía de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, del PRI, y Enrique Alfaro Ramírez, del Partido Movimiento Ciudadano, por considerar que son actos anticipados de campaña; el primero, por ser precandidato único, y el segundo por no estar claro que van dirigidos a sus militantes y simpatizantes.
Hoy en medio de este galimatías, y considerando que tanto el PRI como el PMC impugnarán la medida cautelar impuesta por el INE -aunque los spots retirados ya no serán transmitidos nuevamente-, lo que nos resta esperar es la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial sobre dos puntos:
1. ¿Le permitirán a Villanueva Lomelí seguir difundiendo spots en los medios electrónicos a pesar de ser precandidato único? La experiencia y los antecedentes nos dice que no, que no se lo permitirán.
2. ¿De qué manera obligarán a Enrique Alfaro Ramírez de que sea específico en su precampaña para confirmar que va dirigido a los militantes y simpatizantes de su propio Partido Movimiento Ciudadano? De obligarlo a que sea más específico -no sé de qué manera-, entonces tendrán que hacerlo con todos los demás precandidatos del propio Partido Movimiento Ciudadano y demás institutos políticos… previa queja interpuesta por un quejoso.
Así las cosas, ¿alguna duda de que los ciudadanos somos rehenes de los partidos políticos y sus precandidatos?