Por Gilberto Pérez Castillo

La reforma a las leyes de Fiscalización que promueve el Gobernador Emilio González Márquez es una de esas reformas de Estado que se vienen esperando desde hace mucho tiempo en Jalisco, para hacerle al sistema político y de gobierno cambios verdaderamente de fondo.

Desde hace tiempo, muchos hemos visto que uno de los obstáculos más grandes para que se castigue a quienes abusan de los presupuestos públicos está en que el Congreso del Estado tiene la última palabra a la hora de decidir si se castiga o no a un funcionario corrupto.

Como se sabe, estas decisiones se toman por criterios políticos y a través de intercambio de impunidades entre partidos políticos.

Por eso resulta saludable que Emilio González haya propuesto que se dé el paso definitivo para darle a la Auditoría Superior del Estado de Jalisco la autonomía para que sus resoluciones, después de auditar las cuentas públicas, no tenga ya que pasar por la aprobación del Congreso.

Este sería un importante paso para Jalisco en materia de fiscalización y combate a la corrupción, por eso todos, empezando por los Diputado del Congreso del Estado, deberíamos apoyarla.

Hemos esperado por mucho tiempo que un Gobernador se decidiera a presentar una iniciativa con los alcances de ésta, por eso no nos podemos dar el lujo de dejar pasar la oportunidad de que ésta se apruebe por distraernos con todo el ruido político que hay en el ambiente.