El 25 de noviembre del año pasado, días antes de celebrarse una edición más de la Feria Internacional del Libro y de llevarse a cabo una manifestación en su contra y la de su presidente, Raúl Padilla López, en rueda de prensa el gobernador Enrique Alfaro Ramírez lanzó aquella frase que sacudió con fuerza al mundo universitario el pasado Domingo de Ramos cuando falleció el ex rector de la Universidad de Guadalajara: “Ya llegó el gobernador que va a acabar con esa historia (la de Padilla López)… Ya lo veremos”.

Luego le lanzaron la pregunta: -¿No hay nada personal? El gobernador respondió: -¡No, no, no…! En esto no hay nada personal…

Al paso del tiempo, los hechos han demostrado que sí había algo personal de Enrique Alfaro en contra de Raúl Padilla López. No hay que “romperse la cabeza” para conocer las razones. Basta remontarnos al pasado no tan lejano de la época y el contexto en que el segundo relevó al primero de la rectoría de la Universidad de Guadalajara y lo que vino después con la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG). Esa historia los viejos de la comarca la conocen muy bien.

La historia de la “guerra” de Alfaro contra Padilla la conocemos quienes estuvimos al pendiente, primero, de las elecciones en 2009 cuando el primero, “de la mano” del segundo ganó la presidencia municipal de Tlajomulco que luego denominó “territorio libre de Raúl Padilla”; y, segundo, del rompimiento total de la nueva alianza que signaron en las elecciones del 2018. En esta ocasión ya no hubo retorno… o ya no hubo tiempo para ver si había retorno, pues Padilla López falleció el 2 de abril de este año.

Y fue a partir de esta fecha que, al paso del tiempo, vamos confirmando que lo de Alfaro contra Padilla sí era algo personal. Y digo lo confirmamos, porque mientras él declaraba que no lo era, al exterior todos sabían lo contrario.

Las señales del cambio de actitud del gobernador hacia la Universidad de Guadalajara y su Rector General, al que alguna vez llamó “lacayo de Padilla”, se fueron registrando poco a poco, hasta llegar, primero, a enviar como su representante a la inauguración de la FIL al secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, cuando el año pasado no solamente no asistió él ni envió representante, sino que prohibió que cualquier emecista pusiera un pie en la Expo Guadalajara durante esos días; segundo, cuando envió al Congreso del Estado un reajuste al presupuesto del 2024 para otorgarle a la Universidad un incremento de 871 millones de pesos -370 para subsidio estatal y 501 para obras de infraestructura que la universidad decidirá-; tercero, entregar al Legislativo la iniciativa de reforma para que a partir del 2025 -cuando él ya no sea gobernador-, a la Universidad de Guadalajara se le entregué un presupuesto constitucional correspondiente al 5% del presupuesto del Estado. Claro, esto está en veremos porque se atenderá hasta el próximo año; y, cuarto, autorizar a las dependencias del gobierno estatal establecer, ahora sí, convenios de colaboración con la UdeG, como el que ayer suscribió con la Secretaría de Cultura.

Lo anterior, sin contar que también en el reajuste al presupuesto del próximo año se incluyó y aprobó una ampliación de 80 millones para los Hospitales Civiles, de los que está a cargo la Universidad de Guadalajara.

Y solo referimos los hechos más visibles o de mayor trascendencia de los últimos días.

Claro, como lo hemos dicho, las decisiones en materia presupuestal están cargadas de un alto contenido político-electoral que propios y extraños entienden que es la forma en que el gobernador Alfaro Ramírez pretende “amarrar” al Grupo Universidad para que Ricardo Villanueva no contienda como candidato a la presidencia municipal de Guadalajara y, quizás, hasta que el partido Hagamos Jalisco tenga una participación más testimonial en este proceso como parte de la mega alianza.

Así, pues, contra lo que decía la canción de Armando Manzanero con aquello de que “Nada Personal”, la arremetida de Alfaro contra Padilla durante los últimos años y el cambio de actitud ahora que físicamente está ausente demuestran que lo de él… sí era “algo personal”.

Y aun queda preguntarnos: ¿Qué se espera para los meses que le quedan de gobernador en el 2024?