Julio César Hernández

Muy atento deberá estar el gobernador Emilio González Márquez de su secretario de Salud, Alfonso Gutiérrez Carranza, si no quiere sufrir dolores de cabeza ajenos. Y es que este funcionario ya ha dado mucho de qué hablar en tan poco tiempo que tiene en el cargo.

Para empezar, recién asumió el cargo cuando fue cuestionado por haber realizado tareas de chofer de González Márquez, lo que llevó a concluir que el Mandatario había “premiado” a su conductor con una secretaría.

Posteriormente, su designación provocó críticas por que su pasó al frente de los Servicios Médicos Municipales en Guadalajara, durante la alcaldía de Emilio González, no sólo dejó mucho que desear sino que recibió una serie de acusaciones en su contra.

Más tarde, si bien acudió a título personal, su participación en la marcha en contra del aborto fue también cuestionado, pues ya en su papel de Secretario de Salud está obligado a respetar lo que establece la ley, aun y cuando en su momento prometió que renunciaba al cargo si en Jalisco se despenalizaba el aborto.

Y ahora vuelve a ganar espacios en los medios de comunicación -inclusive en algunos de circulación nacional-, por tener para su protección a dos elementos de seguridad (“guaruras”, los llamó él mismo), pues teme ser víctima de alguna agresión por un operativo -¡que aun no inicia!”- de combate a la venta ilegal de medicamentos.

Obviamente que esos dos “guaruras” son pagados con nuestros impuestos.
Pero la verdad que resulta irrisoria la decisión de este funcionario que cree que algo le va a pasar por hacer respetar la ley, cuando anteriormente ninguno de sus antecesores tuvo miedo de cumplir con su obligación.

El mismo alcalde de Guadalajara, Alfonso Petersen Farah, dijo que cuando fue secretario de Salud -durante los casi seis años del gobierno de Francisco Ramírez Acuña-, nunca recibió amenaza alguna ni tuvo miedo cuando realizó los mismos operativos que hoy Gutiérrez Carranza aun no lleva a cabo.

Creo que la verdadera razón por la que el funcionario de Salud pidió protección con dos elementos de seguridad, es porque teme que quienes se oponen a que se vendan alimentos “chatarra” en las escuelas, le vayan a quitar, con ese pretexto… ¡sus botanas!

Provecho Señor Secretario.