Por Gilberto Pérez Castillo

El nuevo Delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Jalisco, Jaime Aguilar Álvarez, empezó muy mal su tarea de realizar una elección de Dirigente Estatal en Jalisco con los menores problemas posibles.

Por ingenuidad o por su condición de dinosaurio priista, Jaime Aguilar convocó el jueves 30 de Agosto a una comida secreta con cerca de una veintena de políticos priistas, con la supuesta intención de sacar ahí el acuerdo para realizar la elección del próximo Presidente Estatal del PRI por la llamada vía de la unidad, es decir, del dedazo.

El gran problema que generó Aguilar Álvarez con esa comida, ante la imposibilidad de justificar porqué unos sí fueron convocados y otros no, le dificultará terriblemente ganarse la autoridad política que se requiere para sacar adelante la elección de Dirigente Estatal sin conflictos.

Ni siquiera los convocados le entraron al juego de sacar el acuerdo de la candidatura de unidad y ahora ya quedó mal con los pocos invitados a la comida y con los muchos excluidos de la misma.

Al paso que va, si no logra curar pronto las heridas que causó con esa comida, pronto podría haber voces que le pidieran al CEN del PRI cambio de Delegado.