Hay quienes dentro y fuera de Morena se preguntan por qué corre la versión de que si Marcelo Ebrard Casaubon no es el candidato presidencial de la 4T romperá con el presidente López Obrador, con el proyecto de la transformación y con el propio partido, y en automático sería el abanderado de Movimiento Ciudadano y, en una de esas, hasta posiblemente de la coalición opositora PAN-PRI-PRD, pues reconocen que de las tres “corcholatas” es el mejor visto y sería bien aceptado por el antilópezobradorismo del país, aún y cuando fuera el abanderado morenista. “Es el moderado”, argumentan. O este otro: “De los males, el menos”.

Pero esta versión toma fuerza al interior del emecismo porque saben el antecedente de la estrecha relación MC-Ebrard, al igual que Ebrard-Alfaro. Saben que Dante Delgado siempre se la ha jugado con Marcelo. Lo postuló y apoyó para ser el jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal y salió a su rescate cuando el PRD le dio la espalda para ser diputado federal, sólo que legalmente no pudo llegar a la Cámara de Diputados por Movimiento Ciudadano, pues la Ley Electoral prohibía que un candidato jugara en dos procesos internos en partidos diferentes para la misma elección, y este fue el caso del Canciller.

¿Por qué Dante habría de dejar ahora solo a Ebrard si Morena no lo postula como su candidato presidencial y él decide abandonar el proyecto de la cuarta transformación? No hay duda de que si ésto último sucede, el primer partido que lo esperaría con los brazos abiertos es Movimiento Ciudadano. Y si alguno más o el resto de la oposición se suma, sin duda que será bienvenido.

Bueno, pues de acuerdo a “fuentes” dentro de MC, esta es parte de la estrategia o del Plan A que está armando Dante Delgado, su partido y figuras como el gobernador Enrique Alfaro: esperar la definición de la candidatura dentro de Morena y conocer la decisión de Marcelo si él no “gana” la encuesta: se queda o abandona a la 4T. Si se queda, entonces no hay nada qué hacer y ahí es donde el Mandatario jalisciense podría entrar al relevo como el Plan B. Pero si decide romper con el lópezobradorismo, entonces el escenario cambia.

Podrá parecer “descabellado” o no, pero de acuerdo a estas “fuentes”, parte de la estrategia emecistas es no ir solos en la postulación de Marcelo Ebrard como su candidato sino, en un momento dado, lograr hacer alianza con el Partido Acción Nacional, de ahí la campaña emprendida en contra del PRI por parte de Jorge Álvarez Maynez y Salomón Chertorivski con la que pretenden “matar dos pájaros de un tiro”: por un lado, hacerle el trabajo “sucio” a Morena en el Estado de México, en acuerdo con Palacio Nacional, como lo reconfirmó ayer el columnista de El Universal, Mario Maldonado; por el otro, romper la alianza PAN-PRI y convencer al blanquiazul de ir juntos en la contienda presidencial con Ebrard como su candidato. ¿Es descabellado? Yo creo que no. Si MC se alió con el PAN en 2018, ahora espera reciprocidad del PAN, ante la “caballada flaca” que tiene este partido.

Movimiento Ciudadano ha sido cuidadoso con el PAN. No asume en su contra posturas como sí lo hace contra el PRI, dando pie a que se fortalezca la creencia de que está dispuesto a aliarse con este partido como en 2018 cuando apoyaron a Anaya, pero sin que ahora el Revolucionario Institucional sea incluido en esta alianza. Y quizás apuesten a que sea el propio dirigente priista, Alejandro Moreno, quien “reviente” la coalición al querer postularse como candidato a la presidencia.

El cálculo de Movimiento Ciudadano es encabezar la alianza en caso de que Marcelo Ebrard sea su candidato y el PAN decida sumarse a ella, lo que le permitiría tener ventaja al momento del reparto de candidaturas.

Otro punto a considerar son los tiempos. Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, anunció que su agenda está prevista para que en noviembre den a conocer al ganador de la encuesta y, por tanto, se conozca nombre y apellido de quien será su candidato o candidata presidencial. A su vez, Dante Delgado reveló que el martes 5 de diciembre MC dará a conocer quién es su candidato a la presidencia de la República; esto es, después de que Morena concluya su proceso interno. Pero los tiempos del partido naranja pueden modificarse unas semanas y llevar la realización de su asamblea nacional hasta enero-febrero, cuando pueda consolidarse la candidatura de Ebrard si éste no lo es de Morena.

Pero todo a su tiempo, pues bien dicen que primero es el uno y después el dos. Pero reitero: más vale ir previendo algunos escenarios con miras al 2024 para saber qué podemos esperar de los protagonistas en la contienda, y en nuestro caso, el de Jalisco, el papel que le tocará jugar al gobernador Enrique Alfaro y al emecismo jalisciense.

Ahora, por otro lado, bien vale analizar si, como se sospecha, Jalisco entró a la “negociación” política en la mesa principal de Palacio Nacional con miras al 2024, pero los dos escenarios posibles los abordaré la semana próxima.

Al tiempo…