Cuentan los trascendidos -no las crónicas, porque fue un evento privado-, que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, hizo un llamado al morenismo jalisciense a “cerrar filas”, a trabajar por la unidad del partido -hacer este llamado a estas alturas del juego, debe de preocupar (no se ría) a la dirigencia estatal que encabeza Katia Castillo, quien aún no le pierde el pavor a los medios de comunicación-, antes que estar declarando a los “cuatro vientos” que “yo soy el bueno” (para alguna candidatura) o enfrentarse por ganarle simpatías a su “corcholata” favorita a la candidatura presidencial, ya sea Claudia, Marcelo o Adán Augusto.

No tengo la menor duda que si fue así como lo publicaron ayer los “trascendidos”, el llamado de Delgado Carrillo fue como una “llamada a misa”. O para decirlo como solían hacerlo nuestras abuelas o profesoras de tiempos idos: “les entró por uno (oído) y les salió por el otro (oído)”. Aquí nadie ha sido capaz de unificar al morenismo jalisciense, llámese como se llame. Todo ha quedado en meros discursos y fotografías para el momento.

Hasta parece que los más interesados en que los morenistas estén divididos es… ¡a los propios morenistas!

De entrada, no veo a los dos principales aspirante a la candidatura al gobierno del Estado, José María “Chema” Martínez Martínez y Carlos Lomelí Bolaños, recorriendo las calles de los diversos municipios de Jalisco, brazo con brazo, y llevando el mensaje de la 4T. No los veo, siquiera, sentados alrededor de la misma mesa dialogando, poniéndose de acuerdo para una contienda “civilizada”. No sé si así está mejor o cuando menos que hagan algo de simulación como lo hacen algunos aspirantes a la misma candidatura, pero por Movimiento Ciudadano.

No veo con ellos o junto a ellos a la morenista que ya también levantó la mano y aseguró que va a ser la candidata y gobernadora de Jalisco, la diputada Claudia Delgadillo.

Y salvo Tomás Vázquez, que promueve a Marcelo, y “Chema” que simpatiza con Adán Augusto, pero que son compañeros de curul y el primero apoya en su aspiración al segundo, tampoco veo a los claudistas, marcelistas y adancistas unidos a favor de su partido o de la 4T. Cada quien anda por su lado, más interesados en quedar bien con su “corcholata” que en posicionar a su partido en Jalisco para de ahí, como consecuencia, todos salir ganando.

Pero indudablemente que la principal responsable de que no exista esa unidad o de que exista esa desunión en el morenismo de Jalisco es la dirigente estatal Katia Castillo, a quien le achacan ser la responsable de ser la que logró reunir a todas las expresiones morenistas en esta visita de Mario Delgado, pero más que su logro fue el propio interés particular de esas expresiones por dejarse ver ante su dirigente estatal.

Si Mario Delgado pidió a los “calientes” de Morena que se “enfriaran” y que primero trabajen para el partido, los “calientes”, “calientes” continuarán. No habrá poder humano que los haga entender que aplicar el método Montesori no los hará ganar elecciones, y que quizás esa sea una de las muchas razones por las que en Palacio Nacional o la misma dirigencia nacional no volteen a verlos y prefieran poner su atención en otras entidades donde hay unidad y trabajo coordinador en conjunto.

Es más, el morenismo jalisciense ni siquiera sabe aprovechar la ventaja, al menos en teoría, que les dan las encuestas aquí en Jalisco. Más bien cada corriente se autoengaña creyendo que esa ventaja como partido es gracias a ella y que sólo es cuestión de que le pongan sus nombres a las candidaturas para levantarse victoriosas.

Nada peor que hacerse como el tío Lolo…

El que entendió, entendió; y si no, al tiempo…