El pasado 25 de enero, en su cuenta de Twitter, la alcaldesa  de Tlaquepaque, María Elena Limón García, escribió:
“Hoy es cumpleaños de @EGaraiz (Esteban Garaiz Izarra) pilar moral y ético de nuestra administración. Mi cariño, respeto y admiración amigo”.
Junto a este texto, una fotografía de ella y Garaiz Izarra juntos, acompañados de otros compañeros y amigos entre los que sobresalen el empresario ex presidente de la Cámara de Comercio, Julio  García Briseño, y Margarita Sierra.
Durante esos días, Limón García subió a la misma red social otra fotografía donde aparecía ella y el otrora vocal ejecutivo local del viejo IFE, con un texto en el que destacaba una buena amistad entre ambos y con la que pretendía enviar el mensaje de que no había distanciamiento entre ellos, como por esos días se manejaba en los corrillos políticos de Tlaquepaque, del Partido Movimiento Ciudadano y entre otros políticos más.
Pero al parecer ni la felicitación por su cumpleaños ni las palabras de admiración y ni la fotografía con la que se pretendía hacer creer que eran muy “cuates”, fueron suficientes para evitar lo que ya todos preveíamos y advertíamos: el rompimiento entre quien fungió teóricamente como jefe de Gabinete del Ayuntamiento de Tlaquepaque y la alcaldesa del municipio.
Se argumenta que no obstante ser uno de los hombres más cercanos al jefe político del Partido Movimiento Ciudadano y alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, el nombramiento de Esteban Garaiz nunca se aprobó en Cabildo y que, por esa razón, nunca se incluyó en el organigrama oficial del Ayuntamiento. Se responsabiliza de esta omisión -o negativa- a los propios regidores de MC que desde el inicio de la administración no han podido hacer “click” con su alcaldesa.
Al mismo tiempo se subraya que Limón García nunca se interesó por este asunto.
Por otro lado, se menciona que como sucedió en su momento con Jesús Reynoso quien iba directamente a ser el secretario general del Ayuntamiento, Limón García en los hechos no estaba de acuerdo con los “enviados” o “impuestos” por Alfaro Ramirez en su gobierno, y simplemente hizo o anunció el nombramiento de palabra.
“Haiga sido como haiga sido”, dijo el clásico de Michoacán, los que saben aseguran simplemente que Esteban Garaiz y María Elena Limón  nunca lograron hacer “química”, como la alcaldesa no ha podido hacerla con numerosos funcionarios que tomaron la misma decisión que Esteban Garaiz: renunciar.
Así lo hicieron la titular de Transparencia, Erandi Sánchez, y la titular del Consejo contra las Adicción, Victoria Bravo Lozano, por hablar de los tres casos más recientes.
Pero por supuesto que de las tres renuncias destaca por su peso, no sólo en lo personal sino porque es parte de la “burbuja” alfarista, la de Esteban Garaiz, quien seguramente será “rescatado” por el propio Enrique Alfaro.
Valga decir que su renuncia no es una sorpresa, al menos no para mi. Simplemente se trata de una -por muy desgastada que pareciera la frase- “crónica de una renuncia anunciada” desde el momento mismo en que se anunció su integración al gobierno de Tlaquepaque.
Es más, yo diría que, incluso, Esteban Garaiz se tardó en separarse de un cargo que nunca ejerció. O sea, una verdadera broma y una falta de respeto para cualquiera que hubiese llegado como él llegó: a ocupar una oficina como simple adorno.