Gilberto Pérez Castillo

Los nervios empiezan a tensarse en el equipo de campaña de Raúl Vargas López, el candidato del Grupo Universidad a la presidencia del PRD en Jalisco.

Las preocupaciones no están de más ni son injustificadas, pues lo cierto es que en un par de meses lo que parecería un proceso de rutina, que garantizaba en triunfo del político universitario, se ha convertido en una auténtica contienda en la que nada está dicho ni asegurado.

La candidatura de Marco Jasso Romo, respaldada por los numerosos enemigos del Grupo Universidad dentro del PRD, por seis Presidentes Municipales de ese partido, por los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador organizados en redes y por el Diputado Local Enrique Alfaro Ramírez se ha presentado en una coyuntura que asegura que ésta no será una candidatura más destinada a cumplir con una función meramente testimonial.

Las circunstancias que hay que considerar para el análisis de esta contienda, y que juegan en contra de la candidatura de Raúl Vargas López son las siguientes:

-Marco Jasso, el ex alcalde de Ojuelos y contrincante de Vargas López, ha demostrado que es un contrincante digno de tomarse en cuenta: ha demostrado tablas, buen discurso y habilidad para el debate en los medios de comunicación.

-La agrupación de las corrientes contrarias al Grupo de Raúl Padilla alrededor de una sola candidatura concentrará los votos opositores en una sola opción.

-Al interior del PRD en Jalisco ha quedado cada día más claro que el uso que el Grupo Universidad hace del partido obedece más a sus intereses de grupo que a un verdadero proyecto perredista. Eso se demostró más claramente en los dos pasados procesos electorales, en los que el grupo universitario apoyó a los candidatos del PRI, y en el nulo respaldo que le dieron a la candidatura de André Manuel López Obrador en el 2006.

-La división que existe al interior del Grupo Universidad-PRD, y que quedó manifiesta en el enfrentamiento a golpes en el que derivó una reunión del grupo en la propia casa de Raúl Vargas el lunes de la semana pasada.

-La división que existe entre los grupos de Raúl Padilla y Carlos Briseño que hará que los briseñistas bajen los brazos y no apoyen a Raúl Vargas.

-La dificultad creciente que existe para abusar de los recursos humanos y materiales de la Universidad para los asuntos del partido.

-Y el hecho de que la elección del dirigente estatal vaya a ser el domingo de la Semana Santa, en el inicio de las vacaciones en la Universidad, lo que les dificultará el acarreo universitario.