Luego de que la Comisión Permanente del PAN aprobó por abrumante mayoría -sólo tres votos en contra y una abstención, de 30- que su dirigencia estatal se avoque a entablar diálogo con los partidos de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano para replicar en Jalisco del Frente Ciudadano por México con miras a la elección del 2018, la dirigencia emitió un comunicado que en tres de sus párrafos dice:
“A partir de hoy el Comité Directivo Estatal del PAN realizará una consulta a los órganos del partido y la militancia en torno a la presentación del Frente Ciudadano por México en el Estado de Jalisco.
“La dirigencia estatal del partido de manera responsable buscará escuchar las voces de sus militantes y liderazgos del partido, ya que el frente amplio en nuestro país representa la oportunidad de llevara a la Presidencia de la República un gobierno que responda a las expectativas de los mexicanos, una mayoría en el Congreso y así como de gobiernos estatales y municipales…
“Nuestro proceso de reflexión en Jalisco estará enfocado a buscar en todo momento lo que más convenga a los jaliscienses y buscará también, llevar gobiernos que combatan la corrupción, combatan la inseguridad y mejoren la calidad de vida de nuestros habitantes…”.
Quien lea lo anterior aseguraría sin temor a equivocarse que los panistas en Jalisco están convencidos de la conveniencia de este frente, sin importarles que el candidato a gobernador por el que tendrían que salir a pedir los votos a sus correligionarios y ciudadanía en general es el hoy alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, a quien tanto han criticado.
El contenido de este comunicado está muy lejano de aquellas declaraciones en contra de la alianza con el partido Movimiento Ciudadano que en su momento emitió el dirigente estatal, Miguel Ángel Martínez Espinoza, o el ex gobernador y ex titular de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, quien incluso advirtió que si desde el CEN pretendían imponerles esta alianza, existía un no menor grupo de panistas que organizaría movilizaciones y protestas públicas en contra del “matrimonio por conveniencia” con Alfaro Ramírez.
Lo anterior fue a parar al “archivo” blanquiazul tras la petición de su dirigente nacional, Ricardo Anaya, de que “hicieran lo posible” por concretar en el estado esta alianza con el alfarismo, al tiempo de que enviaba un “mensaje” a los opositores al aprobar -o al menos guardar silencio-, el “golpe de estado” que los alfaristas -en complicidad con los priistas-i le dieron al diputado Miguel Ángel Monraz al destituirlo como presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado.
Hasta el momento, Anaya ha guardado sepulcral silencio ante éste “golpe”.
La contundencia con que se aprobó que Espinoza Martínez comenzara negociaciones con Enrique Alfaro y Raúl Vargas López, dirigente del PRD, para establecer el frente en Jalisco, es una señal para la ciudadanía de que el PAN quiere esta alianza con todos los riesgos que conlleva.
Sin embargo, hay quienes aseguran que una cosa es iniciar negociaciones y otra que éstas vayan a prosperar con éxito como para hacerle el trabajo electoral a su adversario político y andar tocando puertas para sumarle votos.
Pero lo que sí es cierto, es que en varios municipios ya le apuestan a este frente para llegar al poder, ya sea con candidatos panistas o emecistas con los que hacen “cuentas alegres” y aseguran que les iría muy bien.
Por eso, ante el silencio de los opositores del frente y el optimismo de quienes están a favor y la algarabía con la que festejaron lo sucedido en la Comisión Permanente, todo señala en teoría que difícilmente el panismo jalisciense se convertirá en obstáculo para que el frente nacional obtenga los votos que Jalisco le aporta en una campaña presidencial.