Mientras en el partido Movimiento Ciudadano ya acomodaron sus fichas electorales y arrancaron la campaña de posicionamiento de los que serán sus próximos candidatos, al más puro estilo de la vieja escuela priista, pegando lonas por doquier, en MORENA todavía se encuentran en una encrucijada de cantina entre los aspirantes que no dejan de lanzarse de mesa a mesa “botellazos desatinados”.

Y es que este lunes quedaron al descubierto quiénes están de un lado de la trinchera morenista; se trata del bando conformado por Carlos Lomelí y Mariana Fernández, que desde la mesa de un elegante restaurante de Andares -repleta con cortes finos y clericots- han dejado claro su postura: “vamos por Guadalajara y Zapopan”.

Mientras que en la otra barricada del partido de la 4T que encuartela a Alberto Uribe y a Claudia Delgadillo no han pasado desapercibidas las señales y, desde “su mesa”, también enviaron un mensaje de clara lectura para sus contrincantes internos, especialmente para Carlos Lomelí, de que no le puede tocar todo el pastel completo y que tiene que repartir y compartir, por lo que debería elegir entre ser el candidato en Guadalajara o la postulación en Zapopan de Mariana Fernández.

Con tal escenario, es inevitable que surjan una infinidad de dudas: ¿qué pasó con la cercanía que existía entre Lomelí y Delgadillo? Recordemos que en 2018 la ex priísta fue el fichaje estrella del también empresario y hoy se encuentran frente a frente de mesa a mesa. ¿Qué pasó entre la cercanía entre Marcelo Ebrard y Carlos Lomelí? Como olvidar que este último inició campaña en el 2012 desde la organización denominada México ME Uno (ME por las iniciales de Ebrard), además de que presumía de un compadrazgo con el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y que era favorecido con contratos de servicios en la administración capitalina. Por eso asalta la duda con mayor ahínco: ¿qué fue lo que detonó el distanciamiento entre ambos y que ahora Marcelo tenga a Uribe como su alfil jugando frente a quien fuera su amigo, compañero y promotor? ¿Qué es lo que verdaderamente está en juego en esta disputa (aparentemente) electoral?

Y con las incógnitas flotando en el panorama de las próximas votaciones, en lo que sí hay certeza es que al interior de MORENA la elección de los abanderados lópezobradoristas a los dos municipios más importantes del estado saldrá de un cartel de tres batallas que contempla una lucha de exhibición entre las ex priistas Fernández y Delgadillo, un mano a mano entre Lomelí y Uribe y la gran lucha estelar entre los Yeikol Polevnsky y Marcelo Ebrad.

De manera natural, y para no causar rompimientos, tendrán que compartir el pastel entre ambos equipos. De salir triunfador, Alberto Uribe tendrá que recurrir sí o sí a la estructura morenista que generó Lomelí en Zapopan durante todos estos años; mientras que para el caso de Guadalajara, de ser ungido Lomelí, le tocaría a éste recurrir a la estructura de Claudia Delgadillo, que tan bien conoce a dicho municipio.

Pero en lo que surgen las respuestas, los acuerdos y se revela la decisión de la cúpula (“las encuestas”), seguiremos de cerca esta disputa política de cantina.