Después de todo lo que ayer relaté aquí en Marcatextos sobre lo que ha sido la suma de sus fracasos políticos en las últimas semanas, no podía ser peor el cierre de año para el gobernador Enrique Alfaro Ramírez: “reventando” una entrevista con el secretario de Salud, Fernando Petersen Aranguren (foto), a quien de paso hizo quedar en ridículo al quitarle la palabra y obligarlo a no responder el cuestionamiento de la reportera Rocío López Fonseca sobre la carencia de medicamentos e insumos en el Hospital General de Occidente (Zoquipan) -lo mismo que Movimiento Ciudadano le reprocha a López Obrador-.

Una vez más, como ha sido la constante como funcionario público, el Mandatario estatal dejó evidencia de su intolerancia a los medios de comunicación locales, confirmando que sólo está dispuesto a atender aquellos que le hacen entrevistas “a modo” -pagadas o no, aún y cuando cobren en euros-.

El colmo estalló ayer al prohibirle a Petersen Aranguren -quien sumisamente acató la orden- responderle a la periodista de Canal 44… sí, el canal de la Universidad de Guadalajara.

Sin embargo, nunca esperó que su desplante -uno más- a los reporteros y medios de comunicación, provocaría la reacción de los periodistas que cerraron filas como nunca, y dando muestras de solidaridad con su compañera, alzaron la voz en redes sociales y demandaron que Alfaro Ramírez ponga fin a su maltrato, hostigamiento y falta de respeto hacia los profesionales de la comunicación.

En un comunicado que ayer por la tarde comenzó a circular en redes sociales y a través de diversos chats, para ser firmados en protesta por el reiterado maltrato del gobernador hacia los reporteros, y luego de hacer una relatoría de lo sucedido ayer, los periodistas asentaron lo siguiente:

“Más que sorpresa y desánimo, la reacción del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quien decidió suspender la entrevista al ordenarle a su funcionario que dejara de responder, nos agravia como periodistas en nuestra tarea de hacer las preguntas (…). Esa falta de respeto nos provoca repudio y una sensación de abandono, pues ese arrebato viene de quien, al menos en la teoría, está a cargo de hacer valer principios constitucionales como el de la libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos a la información…

“La censura y la intolerancia -continúa el texto- han sido un desafortunado sello que ha marcado el sexenio de Enrique Alfaro. Los constantes arranques de enojo y desinterés hacia esta profesión preocupan sobremanera (…). Censurar un diálogo en la vía pública con un servidor público es delicado en extremo. A nuestra causa asiste la función de servir a la sociedad; a la del gobernador, según lo puso en evidencia, evadir la rendición de cuentas…

“Al no ser un hecho aislado y del cual otros periodistas de Jalisco también pueden dar fe, queremos hacer público el clima de linchamiento que genera el gobernador Enrique Alfaro Ramírez hacia los periodistas y medios de comunicación que se atreven a criticar su gestión de Gobierno.

“Exigimos que, como lo consagra la Constitución, a las y los periodistas del Estado nos sean brindadas las garantías para ejercer nuestra actividad y que las distintas dependencias que existen para salvaguardar los derechos humanos y la práctica del ejercicio periodístico, se pronuncien al respecto. Como comunicadoras y comunicadores, exigimos respeto a nuestro trabajo por parte del gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Solicitamos el apoyo de las instancias defensoras de la libertad de expresión y el libre ejercicio del periodismo.

“A nombre de quienes aquí escribimos, expresamos todo el apoyo no sólo para nuestra compañera Rocío López Fonseca, sino a todos quienes, como ella, han sido censurados, ignorados, recriminados, hostigados, demeritados y desprestigiados por la administración estatal que encabeza Enrique Alfaro…”.

Quizás sorprendido por la reacción del gremio periodístico de alzar la voz en contra del constante maltrato y falta de respeto que hace a los reporteros y periodistas, el gobernador Alfaro Ramírez anunció intempestivamente anoche, a través de sus redes sociales, que “a partir de mañana tomaré unos días de descanso…”, Y advirtió: “Nos vemos pronto”.

Extrañamente, los legisladores de Movimiento Ciudadano que le exigen al presidente Andrés Manuel López Obrador respeto a la labor de los periodistas y medios de comunicación, hoy se quedan vergonzosamente callados ante los desplantes de su jefe político hacia los reporteros, periodistas y medios de comunicación locales.

La reacción del gremio periodístico, tras tres años de maltrato y hostigamiento, es señal de que no está dispuesto a seguir permitiendo que la autoridad estatal violente el ejercicio de su profesión, de que se atente en contra de la libertad de expresión y del derecho ciudadano a la información.

Y que sirva esto de llamada de atención para otros funcionarios -secretarios y presidentes municipales- que gustan de emular las malas prácticas de su jefe político.