Gobernador electo de Jalisco
Sin un antecedente claro. Sin formalizarlo. Sin argumentación sobre pros y contras. Pareció una reacción de botepronto cuando a través de la informalidad de las redes sociales, el gobernador electo Jorge Aristóteles Sandoval Díaz anunció que Temacapulín no sería inundada.
El proceso de comunicación no fue el mejor, porque en su tuit, no hubo suficiente información para darla hacer análisis adecuados, incluso quienes podrían festejarlo, decidieron no hacerlo. Los integrantes del movimiento que se rechazan que se inunda Temacapulín, decidieron tomar el mensaje con mucha prudencia y esperar a que haya una comunicación formal, no sólo un anuncio abreviado.
“Lo reitero: Jalisco debe ser el principal beneficiado de las decisiones y no el que las padezca. No vamos a inundar Temacapulín”, tuiteó el gobernador en su cuenta @AristotelesSD.
El tuit se dio un día después de que se anunciara que la decisión de la altura de la cortina correspondería al gobernador entrante, pues de alcanzar los 120 metros de altura, implicaría que Temacapulín quedara bajo el agua, pero si sólo mide 80 metros, se salvaría.
Sin embargo, aunque Temacapulín se salvara con este ajuste, no sucedería lo mismo con Palmarejo y Acasico, estos dos pueblos quedarían bajo el agua aunque no sea más alta la cortina.
Por tanto la decisión puede ser consistente con las propuestas de campaña, pero no serán la solución, sobre todo porque en términos de comunicación ha sido deficiente al no aclarar las dudas naturales como la manera en que afectará esta decisión para la captación de agua y quiénes serán afectados.
Y sin hacer futurismos, habría que pensar que si Jorge Aristóteles Sandoval aspira a puestos de mayor jerarquía, deberá cargar más adelante con el estigma de haber visto sólo por los pobladores de Jalisco, antes que por el bien de mexicanos que viven en otras regiones.
Finalmente, la decisión puede ser buena o no, pero no será positiva o rentable en términos de popularidad por revivir un problema que estaba resulto.