Las elecciones del 2020 marcaron una victoria contra el derroche de recursos públicos y la corrupción, y a favor de la conciencia democrática en Zapotlán el Grande donde el “todopoderoso” Movimiento Ciudadano fue descalabrado por el modesto Partido del Trabajo.

Con el 81.5 por ciento de las actas contabilizadas en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), Alejandro Barragán Sánchez es el virtual ganador de la alcaldía con 27.5 puntos porcentuales a su favor. Laura Martínez de MC se quedó con el 23.2 por ciento.

Cuando el 1 de octubre Barragán tome posesión, los zapotlenses habrán consumado su castigo contra las dos administraciones naranjas. Esa es la clave de la derrota emecista.

Primero hay que darle el mérito al virtual presidente municipal electo a quien desde 2018 ya favorecían las simpatías. Alejandro demostró ser un buen candidato, ganó reconocimiento a base de un discurso de críticas, contrastes y propuestas. Como regidor fue el único opositor real, siempre activop en la gran arena de las redes sociales, un territorio dominado por MC.

Cuando la persona trae “canicas”, lo de menos será el partido que lo postule, por ello no importó que el PT -inexistente en Ciudad Guzmán-, lo cobijara cuando Morena rechazó su nominación.

Además, en este municipio las tres alternancia vividas (PAN, MC y ahora PT), junto con el regreso del PRI, ocurrieron en elecciones intermedias.

Barragán también corrigió errores de su primera postulación: conectó mejor con sectores populares; se rodeó de ex priistas experimentados, pero supo elegirlos y los puso a operar en tierra y defender el voto, a diferencia de 2018 cuando invitó a panistas que nada aportaron y rápido lo traicionaron.

Más entre todas las cualidades del ganador,, la principal razón de su victoria fue el enorme malestar contra MC y sus alcaldes Alberto Esquer y Pepe Guerrero.

Ya había expuesto el tambaleo que ocasionó en el seno naranja la obligación de competir con el género femenino, improvisando a su candidata Laura Martínez que combinaba el ser mujer en un municipio donde una sola ha ganado comicios., con su condición poco carismática y conocida.

La corrupción fue el hacha que terminó cortando la cabeza de MC. Le cobraron en las urnas las concesiones de la recolección de basura y de alumbrado público, ambas llenas de ilegalidad, con favoritismos para empresarios y, en el balance final, sin beneficio ciudadano y sin ahorro de dinero. Fueron solo negocios.

La marca naranja sufrió cuatro derrotas en Zapotlán; La primera, la entrega de la alcaldía al PT y a su más grande crítico. La segunda, el edil con licencia Pepe Guerrero perdió la diputación federal del Distrito 19 frente a Luz Adriana Candelario, candidata de Morena con campaña austera y casi invisible.

El tercer descalabro fue contra su derroche de recursos públicos. Aparte de los millones expuestos en propaganda, el gobierno de Jalisco metió las manos con el regalo de tinacos y de calentadores solares.

Y, el pilón, es que el cacique Alberto Esquer, secretario del Sistema de Asistencia Social Estatal, que aún en funciones se presentaba en mítines, sepultó sus aspiraciones para ser gobernador en el 2024.

Alejandro Barragán debe justificar el voto de confianza con desempeño opuesto a los que desplazó, pero el verdadero ganador es el pueblo de Zapotlán el Grande que por primera vez fue contundente en castigar a un mal gobierno y eligió a la izquierda. Probando, además, que en la nueva era de la política gana más quien gasta menos.