¿Qué nos dejó durante 2019 un gobierno que se puso como meta “refundar” el Estado?

1. La integración de un constituyente en las páginas de la Constitución Política del Estado; 2. La integración en el discurso oficial de la palabra “Refundación”, como en su momento la frase “Con honestidad se hace más” del primer gobierno del PAN en Jalisco que nunca se hizo realidad. Salvo lo anterior, el año que concluyó hace seis días no marcó diferencia alguna entre el primer gobierno del partido Movimiento Ciudadano con los que le antecedieron del PRI y del PAN.

En 2019 el gobierno que encabeza Enrique Alfaro Ramírez quedó muy endeudado con la ciudadanía, quizás como ningún otro gobierno anterior en su primer año de gestión. Y la prueba está en la baja calificación ciudadana con la que cerró el año pasado, quedando muy, pero muy lejos de las grandes expectativas que generó apenas en los comicios del 2018.

El 2019 fue una pesadilla para el alfarismo… y para los jaliscienses.

En el ejercicio del gobierno, contra lo dicho en el discurso oficial, Alfaro Ramírez se alejó del ciudadano, como lo hizo en Guadalajara; su gabinete no estuvo a la altura de las necesidades del estado, particularmente en seguridad -homicidios, desapariciones, feminicidios, robos, asaltos…- y salud, donde se ha empeñado en mantener a los titulares de las secretarías respectivas, anteponiendo su interés personal y de grupo por sobre el general de la población, principal víctima de su incapacidad y negligencia. Sí, tiene bajo control a los otros dos poderes: el Legislativo y el Judicial, pero para lo único que le han servido es para atentar contra la ciudadanía, avalar sus errores y abrirle el camino para un proyecto de gobierno sin pies ni cabeza que no acaban de entender ni la ciudadanía ni quienes forman parte de su equipo.

Su desprecio por el periodismo crítico -del que tanto se valió para llegar al poder que hoy ostenta-, merece ser abordado en un espacio aparte, porque de eso hay mucho que decir, aunque valga referir que pretender comunicarse con sus gobernados a través de las redes sociales fue un desastre en 2019; baste leer los comentarios ciudadanos de cada tuit que subía a su red.

Su enfrentamiento con el gobierno federal, al inicio y al cierre de su primer año en el gobierno, no trajo los mejores resultados para Jalisco ni siquiera cuando se suponía que la relación era buena, a secas.

En los hechos, ¿que se ha concretado para entender qué es eso de la “refundación” o hacía dónde vamos para entenderlo y verlo como una realidad? Afirmar en el discurso que la “refundación avanza” porque se lleva a cabo obra pública como la realizada por los gobiernos priistas y panistas que le antecedieron o porque se proporcionan apoyos de carácter social como los de la era salinista, se considerada una “tomadura de pelo” al ciudadano.

Por eso, a casi una semana de arranque de este nuevo año vale preguntarnos: ¿Cómo le irá a Jalisco y a los jaliscienses en el segundo año del gobierno alfarista? ¿Tendrá el gobernador Enrique Alfaro la voluntad para corregir los errores del 2019? ¿Dejará de escuchar únicamente a quienes le hablan armoniosamete al oído y atenderá las voces de quienes piensan diferente a él? ¿Logrará acercarse a los ciudadanos o seguirá manteniendo una fría distancia?

Nada de lo anterior y otras preguntas que podemos hacernos tienen una respuesta predecible. Por eso… al tiempo.