En esta cruzada a la que se ha lanzado la 60 Legislatura para cambiar la cara pública del Poder Legislativo con el compromiso de llevar a cabo acciones de transparencia y austeridad, luego de la catástrofe financiera que heredaron de su antecesora, será importante no perder de vista a cada una de las bancadas legislativas.
A trascendido en los corrillos políticos que en algunas de éstas fracciones se ha registrado ya la rebelión de algunos diputados que no están dispuestos a perder lo que a lo largo de las últimas legislaturas consideran como “conquistas laborales” y de las que disfrutaron ampliamente sus compañeros ahora ex legisladores.
Y es que hay diputados que no están dispuestos a destinar parte de su “dieta” (salario) a costear gastos que ellos consideran deben ser cubiertos con recursos del Congreso, como es el caso de las casas de enlace que prácticamente todos alegan que son necesarias para mantener la cercanía con sus electores que, sin embargo, no se refleja en un mejor trabajo legislativo.
Las casas de enlace, en realidad, son utilizadas -cuando existen- como casas de campaña donde el diputado mantiene a un séquito de colaboradores cuyos salarios son cubiertos por las arcas legislativas y cuya responsabilidad es hacer trabajo político-propagandístico del legislador, a través de la gestoría.
Bueno, pues fuentes cercanas al Congreso nos advierten que una de las fracciones parlamentarios en cuyo interior ya se dio la “rebeldía” de sus diputados es la de Acción Nacional que encabeza como coordinador Gildardo Guerrero.
Nos aseguran que los diputados panistas no están dispuestos a perder ni a ceder ninguna de las canonjías y beneficios que sus antecesores obtuvieron y disfrutaron a lo largo de sus respectivos períodos legislativos.
Y tanta es la presión para que Gildardo Guerrero no ceda a las pretensiones de otros coordinadores como el priista Miguel Castro, de recortar gastos, tener un presupuesto austero, y desaparecer muchos de los beneficios económicos que tenían, que el coordinador panista solicitó a uno de sus correligionarios que fuera el portavoz ante Castro Reynoso para notificarle que ellos no se “subían” al “tren” de la austeridad.
Cuentan que, sin embargo, ese diputado se negó a ser quien asumiera ese papel de mensajero con un tema tan delicado como el negarse a la austeridad en el Poder Legislativo.
Pero si bien ya trascendió esto que ocurrió dentro de la fracción panista, no dudamos que lo mismo puedan estar “cocinando” algunos otros diputados de las bancadas restantes.
Y si no, al tiempo.