Ya empezó el trajín: empujones, gritos, reclamos, sillazos y macanazos al interior de Morena Jalisco para ganar los espacios de candidaturas a presidentes municipales. Lo anterior, tras las reuniones que el Senador y delegado morenista, José Narro Céspedes, realizó en cada municipio para lograr la unidad en cada territorio.

Y el municipio de Tonalá podría ser punta de lanza entre los municipios de Jalisco, pues ahí pronto comenzaría a salir humo blanco para ungir al primer o primera aspirante de unidad de entre todas las alcaldías por las que contenderán en el Movimiento de Regeneración Nacional.

Analizando de manera concreta los números que arrojó la elección pasada, en donde los referentes eran Enrique Alfaro a Gobernador y López Obrador a presidente de la República, los morenitas de Tonalá le acercaron a su máximo líder la nada despreciable suma de más de 69 mil votos contra los 28 mil votos que consiguieron apenas los de la alianza PAN-PRD-MC.

En esa ocasión, se registró un hecho histórico para los de López Obrador en el Estado, pues el candidato que los representó fue el artesano tonalteca, Catarino Olea, un fiel soldado del proyecto de AMLO en el municipio alfarero desde que en 2012, aun cuando no existía todavía el partido MORENA y todos se vestían de Naranja hasta el mismo López Obrador.

Por otro lado, es importante revisar con especial atención lo sucedido en Tonalá en 2018, cuando el PRI teniendo a su militante, Sergio Chávez como Alcalde de ese municipio, decide negarle la posibilidad de reelegirse e imponer como candidato a Oswaldo Bañales. Esa decisión, llevó al entonces primer edil a romper con el tricolor y entregar su apoyo a Enrique Alfaro para sumar votos al partido naranja, que en lo local llevó a Juan Antonio González a la presidencia municipal. 

Ahora en 2021, es el propio Movimiento Ciudadano -y Enrique Alfaro- el que juega la ficha de la imposición, arrebatándole la oportunidad de repetir en el cargo al presidente municipal naranja, ya que por cuestión de género postulará a una mujer totalmente desconocida y ajena al municipio, para así poder garantizar las candidaturas de Ismael Del Toro y de Juan José Frangie para Guadalajara y Zapopan respectivamente. Dando clara muestra de que ni al Gobernador ni a MC les interesa conservar el control de municipio alfarero y de que tampoco tienen la capacidad política para hacerlo, pues las mediciones locales los sitúan en tercer lugar.

La situación político-electoral en Tonalá, pondrá al Senador Narro ante su primera prueba de fuego, pues con mediciones favorecedoras en mano y sabiendo que existen las condiciones que lo hacen un municipio a doc para que sea el primer metropolitano conquistado por MORENA, deberá tomar una decisión estratégica para ungir a uno de los dos aspirantes más representativos y con mayor conocimiento dentro del municipio: el ex presidente municipal priísta, después emecista y ahora morenista, Sergio Chávez o Liliana Olea, la precandidata feminista, maestra universitaria, comerciante e hija del artesano Catarino Olea. 

Si el senador quiere demostrar que sabe tejer fino podría lograr la unidad y tener en alguno de estos dos buenos candidatos al próximo presidente municipal de Tonalá y, con eso entregar buenas cuentas al Presidente de la República. 

Si se decide por Sergio Chavez, se auto complicaría sus próximas decisiones para elegir candidatos hombres en Zapopan y Guadalajara, sumando que en Vallarta están echando toda la carne al asador por su nueva adquisición, que es el ex diputado naranja, Luis Munguia. Esto elevaría las posibilidades para Claudia Delgadillo en Guadalajara o Mariana Fernández en Zapopan. Y armaría un sainete  marca “ACME” con Lomelí o Uribe. En cambio, si logran la unidad a favor de una candidata mujer  en Tonalá, eso le permitirá liberar presión para tener en Lomelí y Uribe  con un margen para que ellos alcancen la unidad necesaria para contender por Guadalajara y Zapopan. 

Con todo esto en mente, es claro que en Tonalá se volvería a dar un fenómeno muy similar al del 2018, pero ahora con actores y circunstancias distintas: Enrique Alfaro  fuera de las boleta electorales, Lopez Obrador fuera de la boleta electoral pero con una percepción de aprobación muy alta de su gobierno, la UDG sin una alianza con MC; HAGAMOS, el nuevo partido que tiene a Tonalá como una de sus objetivos principales   (teniendo en cuenta que los votos a alcaldes no cuentan para mantener su registro, únicamente los votos a diputados locales); un alcalde sin la posibilidad de reelección y que tendrá que mover sus fichas para mantener vigente a su gente y su agenda; unn MC ubicado hasta el tercer lugar en todas las encuestas y mediciones (mismo escenario del PRI en el 2018) y a un Oswaldo Bañales de nueva cuenta como  aspirante del PRI, ya con rompimientos internos de colaboradores cercanos (Samir de la Torre) dentro de su equipo,  más los que se acumulen de aquí a su registro como candidato.

Y para añadir un factor más, y de relevancia al interior de MORENA, es que a los afines al partido lópezobradorista les cuesta mucho trabajo comprender cómo es que ni Delgado, Yeidckol ni Ebrard serán los que tomen la decisión de quienes serán los candidatos en las ciudades y áreas metropolitanas más importantes del país, sino que será el mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador quien palomee a los candidatos, tal y como lo hizo en Nayarit, esto a sabiendas que los votos  caerán por la percepción de su gobierno y posicionamiento de marca de su partido y que absolutamente nadie es necesario para ganar. 

Andrés Manuel paga la lealtad con lealtad y la traición la paga con desprecio, además de que tiene claro que rumbo al 2024 no necesita contrapesos ni políticos ni económicos al interior de SU PARTIDO, y menos en los territorios del país con más electores.