El equipo de transición del gobernador electo Aristóteles Sandoval ha cometido durante su encargo por lo menos tres graves errores políticos o novatadas, de las que tendrán que sacar experiencias para cuando llegué la hora de ser gobierno.
El primero. Cuando el gobernador Emilio González Márquez tomó la decisión de aprobar un aumento a la tarifa del transporte urbano, asumiendo el costo político del mismo, el equipo de transición de Aristóteles Sandoval -encabezado por Ricardo Villanueva Lomelí- entró en pánico al considerar que la oposición al incremento sería una bandera que bien podría explotar su coco Enrique Alfaro.
Entonces idearon aprovechar la relación de Ricardo Villanueva con la Federación de Estudiantes Universitarios, y pedirle al presidente de ésta que la organización emprendiera la lucha legal contra el incremento. El recurso legal prosperó y detuvo la entrada en vigor del aumento. El gobernador Emilio González convenció entonces a los empresarios camioneros a que esperen la llegada del gobierno de Aristóteles Sandoval para exigir de nueva cuenta el ajuste a la tarifa.
Ahora, dada el “jugadón” del equipo de transición, le tocará a Aristóteles Sandoval, en cuanto entre el gobierno, lidiar con el aumento a la tarifa del camión, asunto que prácticamente le había dejado resuelto Emilio González.
El segundo. Una mezcla de novatez y soberbia llevaron al equipo de transición a rendirle malas cuentas a Aristóteles Sandoval en el tema del control del Congreso del Estado.
Con todas las condiciones dadas para que el PRI tuviera el control de la mayoría legislativa y de los principales órganos de decisión en el Congreso, mientras Aristóteles Sandoval estaba fuera del país, los priistas pasaron a convertirse en minoría y a perder el control político y administrativo del Poder Legislativo.
Recuperar el control del Congreso le costará ahora al próximo gobernador mucho tiempo, mucho desgaste y mucho dinero.
El tercero. No obstante ser el grupo de enlace con el gobierno saliente y tener la información de primera mano, el equipo de transición que encabeza Ricardo Villanueva metió a la fracción del PRI en el Congreso del Estado en otra vergonzosa situación.
Otra vez la novatez salió a flote y, al no entender el manejo financiero y de la deuda del gobierno estatal, metieron al gobernador electo, al PRI y a los diputados priistas en un debate mediático innecesario con el gobernador Emilio González, para oponerse al proyecto que éste presentó para resolver el problema de la deuda de corto plazo del gobierno estatal.
Al final el equipo de transición tuvo que reconocer que Emilio González tenía razón en su planteamiento y, luego de mandar a los diputados priistas a oponerse, ahora les piden que digan que siempre sí.
Luego de tanta declaración y tanto sombrerazo, la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso del Estado se tendrá que tragarse sus declaraciones y su beligerancia y aprobar la solución a la deuda del gobierno estatal que desde un principio propuso el gobernador saliente.
Ojalá que la justificación de “somos nuevos pero aprendemos rápido” se cumpla y que quienes integrarán el próximo gobierno hayan sacado experiencia de sus errores. No para bien de la próxima administración, sino para bien de los jaliscienses.