Por Gilberto Pérez Castillo

El controvertido Diputado Priista Gerardo Rodríguez Rodríguez va por más.

Ahora intenta revivir el absurdo de aplicarnos a los Jaliscienses la figura del Diputado Migrante, que no es más que un acto improductivo de populismo que ningún beneficio trae a los verdaderos Migrantes.

Gerardo Rodríguez ha pasado a la historia del Congreso de Jalisco por haberse instalado con casas de campaña en el patio del Legislativo los días previos a la toma de posesión de Emilio González Márquez, por su paseo en Calandria hasta Miravalle, por su arribo al Congreso en bicicleta y por haberse autonombrado el Diputado de Televisa.

Su ridícula forma de llamar la atención lo ha convertido en la comidilla de sus compañeros Diputados y de los Medios de Comunicación.

Pero como no entiende lo que pasa a su alrededor, y es de aquellos que creen aquello de “que hablen de uno, aunque hablen mal”, ahora sale con otra bufonada que es la de tratar que en la próxima Reforma Electoral se incluya la obligación de que alguno de los Diputados Locales sea un Migrante.

En otros estados de la República ya se han intentado figuras de ese tipo sin resultados satisfactorios, puesto que la figura en sí carece de toda lógica y funcionalidad. Veamos algunas razones:

  • El Congreso del Estado no puede legislar en los Estados Unidos o en el resto de los países donde existen Jaliscienses que han emigrado, por lo que no puede contribuir realmente al mejoramiento de la calidad de vida de los que viven fuera del Estado.
  • Las leyes mexicanas que tienen que ver con la cuestión de los Migrantes le otorgan prácticamente todas la atribuciones respectivas al Gobierno Federal, que es el que tiene la representación oficial de todos las Entidades Federativos con otros Estados Nacionales.
  • Los problemas que tienen las familias de los Migrantes que se mantienen en el Estado son los mismos de cualquier familia: falta de empleo, inseguridad, falta de oportunidades para obtener vivienda, carencia de espacios educativos, etcétera, por lo que la solución de sus problemas no son de carácter especial, sino la que corresponde a cualquier familia del Estado.
  • Un Diputado Migrante sería alguien que habría pasado por lo menos un número de años fuera de Jalisco, o del País, por lo que es altamente probable que no esté familiarizado con la realidad propia de Jalisco, como para traer una aportación verdadera.
  • Resulta muy difícil que una persona pueda representar adecuadamente a todos los migrantes de Jalisco, pues existen Migrantes Jaliscienses que viven en otros Estados dentro de la República Mexicana, los que viven en diferentes Estados de los Estados Unidos (con condiciones muy diferentes), los que son Migrantes legales y los ilegales, los que viven en decenas de países alrededor de todo el mundo, los que viven en otro lugar sin problemas y son felices y los que padecen persecuciones propias de su ilegalidad, los que están libres y los que están en cárceles, los que se fueron por gusto y los que emigraron por necesidad, los que no quieren regresar y los que todos los días sueñan con el regreso. En fin, es tan amplio el abanico de los Migrantes que difícilmente podría pensarse que una sola persona podría representarlos a todos.
  • Pensar en que el Diputado Migrante sea un representante de los Jaliscienses que viven en Estados Unidos sería una falta de equidad hacia los que viven en otros países.
  • Resulta muy difícil establecer las condiciones que permiten considerar a alguien como representante de los Migrantes.

Como se ve, resulta verdaderamente difícil de sostener la figura del Diputado Migrante, y queda claro que sólo responde a un acto populista y a la necesidad absurda del Diputado Gerardo Rodríguez de llamar la atención de los Medios a como dé lugar.

En lugar de andar buscando figuras fuera de lugar, el Diputado Rodríguez debería ponerse a estudiar nuestro marco legislativo y ponerse a promover leyes y acciones de Gobierno que eviten que más gente tenga que irse de Jalisco.