En mi entrega de ayer titulada “Villanueva y el futuro de la UdeG frente al poder“, referí que “ante todo el significado que enmarca el informe que hoy rendirá Ricardo Villanueva Lomelí, el discurso que hoy pronunciará (…), podría marcar el rumbo que tomará la Universidad de Guadalajara en la etapa post Raúl Padilla, pero también deberá de plantear cuál será el posicionamiento que asumirá (…) frente al Gobierno del Estado (…), para dar certidumbre a su población estudiantil, académica y administrativa, y decirle a la sociedad de Jalisco qué puede esperar de su universidad frente al poder”.

Agregué: “No advierto por ningún lado el pronunciamiento social de que la Universidad de Guadalajara se mantenga arriba del “ring”, pero sí existe la demanda universitaria y de una gran parte de la sociedad jalisciense de que no quiere ver a su Casa de Estudios y a sus autoridades entregadas al poder y “dobladas”, temerosas, ‘a lo que pueda venir'”.

Y cerré: “Hoy el rector Ricardo Villanueva, en un ambiente en el que indudablemente prevalecerá el padillismo, tiene el reto de marcar el rumbo de la Universidad de Guadalajara hacia el futuro y frente al poder”.

Pues ayer Ricardo Villanueva cubrió ampliamente las expectativas y mostró el rumbo que seguirá la Universidad en su futuro y, particularmente, frente al poder. Fue firme y claro en la postura que como rector general sostendrá frente al poder y concretamente ante el gobierno del Estado, y en particular con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. No hubo titubeos ni “medias tintas”. Estaba obligado a darle certeza y certidumbre a su comunidad y se las dio. En respuesta, los universitarios lo “arroparon” y le respondieron con largos aplausos y el grito al unísono que retumbó en el auditorio con el: “¡No estás solo! ¡No estás solo! ¡No estás solo!”, que debió de haber registrado muy bien Enrique Ibarra Pedroza, secretario general de Gobierno, quien asistió con la representación del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, declarado persona “non grata” para la Universidad.

Para el gobernador, sin mencionarlo por su nombre, Ricardo Villanueva tuvo tres mensajes muy claros y contundentes -de los que seguro tomó nota Ibarra Pedroza-:

  1. “Esta universidad nunca ha dejado de ser universidad y es de todos los jaliscienses. Que lo tengan muy claro: Esta universidad sirve a Jalisco…”.
  2. “Esta comunidad cree en el diálogo como la herramienta civilizatoria con la que se puede y con la que se debe solucionar los conflictos (…). Pero eso sí, entiendo perfectamente que dialogar no es claudicar; que apertura no es sometimiento. Pero sobre todo: que no se confunda prudencia con cobardía. Vamos al diálogo, pero no cederemos ni un milímetro de dignidad, no cederemos ni un milímetro de autonomía…”. Y entonces aquí fue el momento en que surgió, como el rugido del león, el grito de: “¡No estás solo! No estás solo! ¡No estás solo!…”.
  3. “Las y los universitarios tenemos derechos políticos, y todos los universitarios pueden, y no sólo pueden, deben ejercerlos. Al contrario -de lo que ha dicho Alfaro Ramírez-, les pido a todos ustedes que invadan la vida pública, porque nada mejor le puede pasar a la vida pública de Jalisco, que los universitarios participen activamente en todos los partidos políticos (los aplausos lo interrumpieron); nada mejor le puede pasar a Jalisco que los universitarios formen parte de las decisiones públicas y que se dediquen a mejorar la vida de su comunidad…”.

Sobre estos dos últimos dos puntos -parece decirle al Ejecutivo-, deberá de ceñirse el primero: Dialoguemos, pero no claudicaré ni me someteré, no seré cobarde y no cederé ni dignidad ni autonomía. Y los universitarios, como cualquier otro ciudadano, deben participar en política, estar en todos los partidos políticos -¿los volverá a aceptar Movimiento Ciudadano como lo hizo en el 2018 y el 2021?- e invadir la vida pública. Nada de que ” no más no se metan en política”, pareció decirle.

Sin Raúl Padilla López como líder político y moral, Ricardo Villanueva tuvo que demostrar fortaleza y decirle a la comunidad universitaria que sabrá estar a la altura no sólo de la responsabilidad que tiene sino del momento que él y la Universidad de Guadalajara viven. Y así se los dijo, cuando reiteró que no tendrá “calenturas” electorales -aunque no lo dijo en estos términos-, y que concluirá su período estatutario como rector:

“Voy a concluir mi período hasta abril del 2025. Aquí me voy a quedar con ustedes (…). Hoy estoy convencido de que mi responsabilidad es quedarme hasta el último día de mi administración (…): Me quedo porque este es un momento histórico, y mi única aspiración es estar a la altura del momento histórico que me toca vivir…”.

A partir de hoy, la Universidad de Guadalajara inicia a vivir su “mayoría de edad”, no porque apenas tenga 18 años de vida -es centenaria-, sino porque ya no tiene el “cordón umbilical” que la mantenía dependiendo de quien la “procreó” en su etapa contemporánea, y ahora deberá de vivir sin esa dependencia de quien fue su líder en estos 30 años: Raúl Padilla López.

Resta esperar para conocer la reacción de Casa Jalisco a este informe.