¿Cuál será el derrotero que siga el ajuste de cuentas políticas del actual gobierno de Enrique Alfaro Ramírez en lo que resta del sexenio, luego de lo que ha sucedido con los casos del panista Antonio Gloria Morales y de los priistas Salvador Rizo Castello, Miguel Castro Reynoso y Daviel Trujillo Cuevas?

Propios y extraños están convencidos de que la acción de la justicia ha alcanzado a estos tres ex funcionarios públicos, todos ellos ex secretarios de gabinete, más como resultado de un revanchismo o mensajes políticos ante la falta de elementos de prueba sobre actos de corrupción en los que hubiesen incurrido y que, sin embargo, contrastan con otros casos de sexenios anteriores, y del actual, que no obstante la presunción de un delito con pruebas a la vista, los responsables “gozan de cabal salud”.

El caso de Gloria Morales fue un burdo montaje que todo mundo interpretó como un mensaje de advertencia o amenaza del actual gobierno al grupo político al que pertenece el ex dirigente estatal del PAN. y con el que mantienen desde años atrás una alianza político-electoral que los emecistas se niegan a romper ante la debacle social que enfrentan.

Quienes saben de estas cosas y conocen del problema interpretaron esta detención algo así como “si pude meter a la cárcel a quien socialmente se identifica como que no tiene ‘cola que le pisen’, qué puedo hacer contra quienes si la tienen”. O algo por el estilo. Se asegura que los destinatarios del mensaje lo entendieron, y bien.

En el caso de los ex titulares de la Secretaría de Desarrollo e Integración Social (Sedis), en el gobierno de Aristóteles Sandoval, su arraigo domiciliario y el posterior encarcelamiento de Castro Reynoso, se asegura que fue otra muestra del endurecimiento del mensaje político del alfarismo a sus adversarios políticos, pero que no pudo mantener ante las señales que le enviaron de que en su equipo también hay quien tiene “cola que les pisen” y que se podría actuar en contra de ellos.

Y es así como se interpreta que se hayan retirado la medida cautelar en contra de los tres ex funcionarios del arraigo domiciliario, no porque no hubiese delito que perseguir sino porque dicha medida era improcedente, pero fue parte del duro mensaje “naranja” a los tricolores.

Sabedores, pues, que la acción de la justicia en contra de Castro, Rizo y Trujillo tiene un alto tufo político, quienes conocen los detalles de este conflicto apuestan, con fundamento en documentos legales con manejo político, a que este asunto tendrá la siguiente conclusión en los tiempos legales que les fueron fijados a los tres acusados (tres meses a Miguel y seis para Salvador y Daviel): 1. Miguel Castro será exonerado de cualquier responsabilidad; 2. Las carpetas de investigación de Salvador Rizo y Daviel Trujillo serán enviadas al archivo y se mantendrán ahí hasta que haya nuevos elementos que obliguen a abrir el caso, pero quedarán en libertad.

De confirmarse al tiempo todo lo anterior, la pregunta se mantiene en el aire: ¿Cuál será el camino del gobierno alfarista en el uso de la justicia con tintes políticos-partidistas, por lo que resta del sexenio?

Al tiempo…