Bien dice el refrán que “el horno no está para bollos”.
Y eso debieron concluir el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz; los alcaldes de la zona metropolitana Ramiro Hernández García, Héctor Robles Peiro, Alfredo barba Mariscal, Jorge Arana Arana e Ismael del Toro; así como los dirigentes estatales del PAN y PRI, Miguel Ángel Monraz y Hugo Contreras.
Todo ellos, figuras políticas de primer nivel en Jalisco, desdeñaron, ignoraron y evitaron al Congreso del Estado y/o a los diputados, y no asistieron a la sesión solemne -a la que sin duda fueron invitados con la anticipación necesaria-, donde a nombre del Poder Legislativo rendiría el informe de actividades su presidente Enrique Velázquez González.
Por obvias razones, el único que estuvo presente fue Juan Carlos Guerrero Fausto, presidente estatal del PRD.
La ausencia del Mandatario estatal no fue la única señal de que el Legislativo no es bien visto allá en Palacio de Gobierno, sino también el nivel del funcionario -que es respetable, finalmente-, que envió en su representación:  al Director General de la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos.
Es significativo que no haya acudido el Secretario General de Gobierno, segundo en el mando del Ejecutivo, como tampoco ningún otro en ese nivel, de una secretaría. Vamos, ni siquiera un Subsecretario. Se decidió por un Director General.
Cuarto nivel en el organigrama del Ejecutivo.
Pero tampoco asistieron los munícipes metropolitanos. Ninguno consideró en su agenda de actividades del día de hoy responder a la atención que tuvo, ya no digamos los diputados, sino el presidente del Congreso del Estado, Enrique Velázquez González, de asistir a sus respectivos informes municipales que ellos rindieron.
Lo ignoraron, simplemente.
¿Y dónde estuvieron los presidentes de los partidos políticos representados en el Congreso del Estado? ¡Ausentes!
¡Ese es el nivel de popularidad del Poder Legislativo! ¿Cómo ven?