Durante su campaña por la gubernatura, en su cuenta en Twitter (@JaimeRdzNL) Jaime Rodríguez “El Bronco”, entonces candidato independiente, escribió: “Quitaremos la Tenencia, esto no es una propuesta, es un COMPROMISO con ustedes”. Y junto al texto una fotografía de vehículos con la siguiente frase: “Tenencia: ¿Pagarla ó(sic) comer bien en la semana?”.
Ayer, tras entrevistarse con el presidente Enrique Peña Nieto en Los Pinos y ante los reporteros de la “fuente”, “El Bronco” anunció que la desaparición de la tenencia tendrá que esperar, será aplazada, porque con lo que se recaude de este impuesto -ya desaparecido aquí en Jalisco y en otras entidades del país-, hará frente a la enorme deuda que tiene el estado de Nuevo León, que asciende a “66 mil millones de pesos, a la que hay que agregarle más de 9 mil millones de pesos que está en proceso, más un adeudo a proveedores que rebasa los 20 mil millones”, refirió ayer el periodista Joaquín López Dóriga.
“El Bronco” -quien se ha convertido en toda una celebridad tras ganar la gubernatura sin ser postulado por partido alguno, luego de militar por más de 30 años en el PRI-, habló de “aplazar” la desaparición de la tenencia vehicular, pero no dijo por cuánto tiempo, a fin de cumplir uno de sus muchos compromisos de campaña que los regiomontanos le creyeron y que por, entre otras razones, le dieron su voto.
Pero, ¿cuánto tiempo se puede aplazar una decisión como ésta que significa un millonario ingreso para una entidad millonariamente endeuda? Aquí ya no se trata de argumentar o alegar quién endeudó a Nuevo León, sino de qué manera se hará frente a esa deuda y esta responsabilidad le corresponderá a quien ganó la gubernatura: “El Bronco”, quien hoy tendrá que posponer un compromiso asumido en campaña que sin lugar a dudas le dio miles de votos: desaparecer la tenencia.
¿Qué opinarán los neoloneses al enterarse de que tendrán que seguir pagando por quién sabe cuánto tiempo más un impueso que muchos estados en el país ya no existe?
Este es un ejemplo más de que ya sean candidatos independientes o aspirantes postulados por un partido político, quien gana una elección se enfrentará a una realidad que es, válgame la expresión: una “realidad real”. Esta es una muestra de que un candidato independiente no tiene una “varita mágica” para resolver problemas que los candidatos “políticos” no han resuelto, que muchas veces más son por más por incapacidad que por otra cosa, incluyendo la voluntad política.
Reitero, los candidatos independientes despertaron en campaña y siguen despertando una amplia expectativa de que son los “salvadores” del los estados o del país. En Nuevo León, “El Bronco”; en Sinaloa, Manuel Clouthier; y en Jalisco, Pedro Kumamoto. Pero El Bronco”, Clouthier y Kumamoto se enfrentarán a una realidad que no vieron o no quisieron ver en campaña.
Bueno, “El Bronco” ya se enfrentó…
Por supuesto que en campaña “El Bronco” ya sabía el tamaño de la deuda que tiene Nuevo León y que había que emprender una seria cruzada para abatirla, pero  el ser candidato independiente no significa que no recurran a la demagogia o que ignoren que la demagocia es un arma muy efectiva para coptar incautos, inocentes, incrédulos o personas de buena fe con la esperanza de tener una vida mejor.
Por eso reitero la importancia y necesidad de que en el caso de Jalisco, Pedro Kumamoto y su equipo pongan los “pies en la tierra”, que acepten que su llegada al Congreso no significa que modificarán un sistema que todo un partido político, el PAN, no pudo ni tuvo la voluntad política de hacer. Su arribo al Congreso no significa que todo girará alrededor de él ni se tomarán las decisiones en función de los compromisos que él hizo en campaña.
No. Pedro Kumamoto en Jalisco como “El Bronco” en Nuevo León, tendrán que enfrentarse a un sistema que no está dispuesto a cambiar. Y si lo hace, será para que todo siga igual.
Hoy “El Bronco” no se sorprendió al tener que declarar que no podrá cumplir un compromiso de campaña, pues no es un novato en esto. Simplemente tomó una decisión que desde campaña supo que tenía que tomar. No hay ni hubo sorpresa.
Sin duda Kumamoto si se sorprenderá más de una vez de una realidad que sí existe.