Ahora que Jorge Salinas Osornio puso tan de moda lo de nuestros políticos que se creen inmaculados, ahí podríamos encuadrar al diputado federal del PRI, Jorge Arana Arana, quien no tuvo rubor alguno en mentir de manera descarada sobre el caso del Auditor Superior del Estado.
El lunes anterior, en rueda de prensa, Arana Arana declaró que en el tiempo en que él fue presidente de la Comisión de Administración de la LVIII Legislatura no fue autorizado el pago de honorarios que se le debían al auditor Alonso Godoy Pelayo y que alcanzó un monto de 9.8 millones de pesos.
Y con esa facilidad con que nuestros políticos mienten cuando andan en campaña, cuando asumen y ejercen el cargo y ahora hasta cuando ya no lo tienen, Jorge Arana dijo sin empacho alguno que él se enteró de este asunto… ¡por lo publicado en los medios de comunicación!
Pero no sólo eso, sino que hasta demostró sufrir de amnesia al declarar que “en el tiempo que fui presidente ni siquiera se consideró ese asunto”.
Meses atrás, en una entrevista en el programa radiofónico Desayunando con 1070, el propio Jorge Arana reconoció al aire que el pago que había recibido el Auditor Superior era legal, aunque moralmente era reprobable, y recordó que él no había estado de acuerdo con ese pago.
Sin embargo, contra lo declarado por Jorge Arana -que aspira a gobernar otra vez Tonalá-, se asegura que hay documentos firmados por él y por todos los entonces miembros de la Comisión de Administración, toda vez que las decisiones que ahí se toman son por unanimidad.
Es más, también trascendió que fue él quien dio instrucciones de cuándo pagar esos cheques respectivos, no obstante su oposición, pero terminó acatando la instrucción de la Junta de Coordinación Política.
Así, pues, ahora resulta que todos nuestros políticos pretender ser inmaculados (dixit Salinas).