Pasado el proceso electoral del domingo siete de junio y en esperade  que corran los procesos de impugnación que se presentaron ante los tribunales electorales, hay una evaluación pendiente que podría arrojar interesantes “claroscuros”: el de los árbitros Instituto Electoral y de Participación Ciudadana y la Junta Local del Instituto Nacional Electoral, que encabezan Guillermo Alcaraz Cross y Carlos Manuel Rodríguez.
Hasta el momento no hay un trabajo elaborado que evalúe y califique la actuación de las dos instancias electorales que tuvieron a su cargo los comicios federales, el INE, y los locales, el IECP.
Por supuesto que es natural que entre los protagonistas en esta jornada electoral la referencia o calificación a las autoridades electorales tenga que ver como les fue en el proceso. O sea, cada quien habla como “le fue en la feria”. Pero aún así, no descartemos que ganadores y perdedores tienen ya su juicio particular sobre la actuación de los consejeros del INE y del IEPC. Y es natural, pues como en los eventos deportivos, siempre habrá decisiones que tomen los árbitros que uno u otro se sienta afectado, pero aquí la diferencia es que difícilmente la actuación de Alcaraz Cross y Carlos Manuel Rodríguez y sus muchachos habrían influido en el resultado.
De hecho, es sabido que los árbitros electorales respiran aliviados cuando la diferencia de votos entre el ganador y su más cercano perseguidor es amplia, pues advierten que no hay motivos de impugnación y los perdedores terminan por aceptar los resultados.
Sin embargo, en la actuación de los consejeros de la Junta Local del INE hay una “piedrita” que generó una serie de sospechas que para algunos aun es necesario ahondar en qué fue lo que realmente sucedió. Y me refiero al caso de la elección del diputado federal por el distrito cuatro, donde el resultado fue tan cerrado que obligó a echar mano de aquella demanda lópezobradorista del “voto por voto, casilla por casilla…”. Y efectivamente se realizó un recuento voto por voto en la Comisión Distrital Cuatro donde la priista Valeria Guzmán terminó por imponerse al candidatos del Partido Movimiento Ciudadano, Carlos Lomelí.
Sin embargo, en un hecho que aun nadie se explica, desde esta Comisión Distrital se mandó llamar a Lomelí para que recibiera la constancia de mayoría porque los números que ellos tenían así lo señalaban. El motivo de la confusión fue que “alguien”, quién sabe por qué razones o de dónde tomó tal cantidad, le apuntó mil votos más al candidato alfarista y ello lo hacía merecedor de la constancia de mayoría.
Este “error” provocó que la situación en la sede de esta Comision Distrital se tensara y complicara, cuando Carlos Lomelí arribó al lugar acompañado por su personal de seguridad que se dijo iban armados.
Hoy el caso del Distrito Cuatro por la diputación federal está en Tribunales.
Pero así como este caso en el INE, sin duda que no pocos partidos políticos tendrán guardada su evaluación para los integrantes del Consejo General del IEPC y lo revelarán en su momento cuando crean pertinente hacerlo.
Así, pues, más allá de la resolución de las impugnaciones que hagan los Tribunales, queda pendiente esta otra tarea, la de la evaluación a los órganos electorales. Y quizás de ello depende qué podría suceder cuando se llegue el momento de relevar a algunos de los consejeros electorales que concluirán su período antes del 2018. Al tiempo.