Hoy – 4 de marzo-, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cumple 86 años de su fundación, pero no será sino hasta dentro de 94 días -el 7 de junio- cuando reciba y abra su regalo y que, como en el programa de “Chabelo”, pudiera ser una “¡horrible X”! o, bien, una “palomita” de aprobación ciudadana.
En Jalisco el regalo que el PRI espera recibir en el próximo proceso electoral será el voto de la ciudadanía que le permita obtener la mayoría de las presidencias municipales -principalmente las de la zona metropolitana y ciudades medias-, en el Congreso del Estado y en las diputaciones federales a San Lázaro.
Sin duda que antes de darle su regalo, los jaliscienses habrán realizado un análisis del  comportamiento del PRI en el gobierno durante no el último año sino durante los dos que lleva ya en el poder a partir del 2012. De la conclusión a quelleguen, dependerá si la alegría o la tristeza llega al inmueble de la Calzada del Campesino 222.
De los gobiernos municipales en juego de la zona metropolitana el que genera mayor expectación y provoca un sinnúmero de pronósticos es el de Guadalajara, donde su candidato Ricardo Villanueva Lomelí se enfrentará a adversarios “duros de roer”: Alfonso Petersen Farah, del PAN; Celia Fausto Lizaola, del PRD; y Enrique Alfaro Ramírez, del Partido Movimiento Ciudadano, por mencionar a los más competitivos.
Pero quizás el primer adversario que Villanueva Lomelí tendrá que superar es la resistencia al interior de su propio partido de algunos sectores o militantes que aun no están convencidos de que él era el mejor perfil para ser su candidato y aún le “regatean” su apoyo, aunque quizás algunos ya se sumaron al verse beneficiados -en lo particular o en lo general- con una candidatura a una diputación, y todo dependerá del listado de candidatos a regidores integrados a la planilla tapatía. Si ven ahí representados sus intereses, entonces estarán “convencidos” de que Ricardo era el indicado; en caso contrario, recurrirán a aquellos de los “brazos caídos”, si es lo menos, o se unirán al adversario para jugarle en contra al candidato de su partido, que sería lo peor… pero no descartable.
A diferencia de otros procesos electorales, hay incredulidad aún en no pocos priistas de obtener un resultado positivo que les permita festejar por partida triple: un año más de vida del PRI, el triunfo de su candidato a la alcaldía tapatía y el mantener el gobierno de la segunda ciudad más importante del país en sus manos. El triunfo o la derrota en la capital dependerá de los próximos pasos que dé el propio Ricardo Villanueva, su equipo y el propio partido.
En cambio, los pronósticos priistas en Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá son más optimistas, pues confían en que el primer domingo de junio próximo el triunfo sea su mejor regalo, no obstante que reconocen que en la ex Villa Maicera la contienda de Salvador Rizo Castelo frente al panista Guillermo Martínez Mora -al que consideran y es el rival más fuerte- no será un “flan”. En tanto que en Tlaquepaque, con Luis Córdova Díaz, y en Tonalá, con Sergio Chávez, consideran que si bien serán unas elecciones competitivas, no tendrán sobresaltos ni sorpresas para repetir la victoria de hace tres años.
Aunque no descartan una sorpresa, la verdad es que reconocen que en Tlajomulco está difícil imponerse al partido en el gobierno municipal.
En el caso de los distritos electorales es donde crece la duda de arrasar como sucedió en contiendas pasadas, pues hoy en algunos de ellos la contienda cerrada no será únicamente con el PAN sino que el Partido Movimiento Ciudadano ha logrado colocarse bien en la preferencia ciudadana, lo que le complicaría al priismo más el obtener la victoria.
Pero mientras esa fecha llega, hoy los priistas del país, y particularmente los jaliscienses, estarán de “manteles largos” y se concentrarán únicamente en festejar un año más de vida…
Lo demás, ya vendrá después…