No, no hubo sorpresa: Ricardo Anaya Cortés arrasó en Jalisco y a nivel nacional y se convierte sí en el nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, dejando atrás a su adversario Javier Corral Jurado quien, como era lógico, encontró calificativos para tratar de empañar la victoria del queretano.
A diferencia del año pasado con la contienda entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero por la dirigencia nacional, cuando los maderistas en Jalisco no lograron la meta esperada de darle a su candidato el 70 por ciento de la votación sino que quedaron diez puntos abajo de eso -con el 60%-, hoy el escenario fue otro. Incluso por arriba de lo esperado.
Y es que el cálculo de los anayistas en Jalisco era darle, ahora sí, el 70 % de la votación a su candidato, pero lo rebasaron por siete puntos al obtener el 77.5% de la votación total.
En Jalisco, Ricardo Anaya obtuvo 10 mil 411 sufragios (77.5%), mientras que Javier Corral registro un total de 3 mil 11 votos (22.28%). Aplastante la victoria del ex secretario general del PAN sobre el senador chihuahuense cuyo grito de guerra -“La rebelión de las bases”- no tuvo eco ayer, día de la jornada electoral.
A nivel nacional la victoria de Anaya Cortés fue abrumadora. Se llevó el 82% de la votación contra un pobre 16% que sumó a su favor Corral Jurado.
Como se observa, aquí en Jalisco las bases hicieron oídos sordos no sólo al candidato Javier Corral sino a sus promotores y seguidores en Jalisco, como Alberto Cárdenas Jiménez -quedó evidente que ya perdió el liderazgo que llegó a tener como gobernador-, Gustavo Hernández y los hermanos Madrigal Díaz, entre otros.
En Jalisco, como en la mayoría del país, las bases se negaron o rechazaron rebelarse. Al parecer prefieren la institucionalidad. Nada que venga a dividir a los ya de por sí divididos panistas. Este resultado de ayer no ahondará más la división al interior del partido, pues ya llegaron al “tope”. Pero sí puede ser una excelente oportunidad para que comience el trabajo para recuperar lo que décadas les costo construir y obtener y que apenas en dos sexenios lo echaron a la basura.
Esperemos, pues, a ver qué les depara el destino a los panistas con un joven político al frente de su partido. Esperemos para conocer qué repercusiones tendrá en Jalisco, en la elección de su nuevo dirigente que podría suceder en octubre próximo, la llegada de Ricardo Anaya a la dirigencia nacional. Al tiempo.