Dentro de un minuto de este jueves 28 de febrero de 2013, llega a su fin un ciclo de gobiernos en Jalisco surgidos del Partido Acción Nacional que duró 18 años, tres sexenios, del que cada quien habla, y hablará, de acuerdo a como le haya ido “en la feria”.
Sin embargo, será el tiempo el mejor consejero para hacer un análisis, un juicio más sereno de lo que fueron para el estado los gobiernos de Alberto Cárdenas Jiménez, Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez, aunque a lo largo de cada uno de estos sexenios los juicios ciudadanos no se han dejado esperar.
En la antesala del fin de esta etapa panista en el gobierno, se han hecho no pocos análisis de lo que fueron estos gobiernos en materia de obras y acciones, pero han destacado en mayor medidas los errores y fallas registrados a lo largo de 18 años. Ninguno o los menos análisis, han comparado un gobierno panista del otro; no han dicho cuál de ellos fue el mejor, simplemente han “cortado con el mismo rasero” a los tres.
No pocos de estos análisis se han hecho vistos desde la perspectiva de las filias y fobias, sin ignorar que algunos han coincidido en logros o en fracasos.
Hoy concluyen 18 años de gobiernos panistas que seguramente el Partido Acción Nacional creyó que podrían sumar muchos más, calculando que la inconformidad ciudadana en contra de más de siete décadas de gobiernos priistas durarían al infinito, sin caer en cuenta que conforme avanzaban seguían los mismos pasos que llevó al PRI a perder el poder en 1995.
Eso y los conflictos internos que prácticamente vivieron los panistas en estos tres sexenios, fueron las causas que aceleraron su caída apenas tres sexenios después dehaber ascendido al gobierno estatal.
En todo este marco, una cosa debemos de reconocer más allá de las filias y fobias: Jalisco ya no es el mismo de la década de mediados de los 90’s y, afortunadamente para bien.
La sociedad jalisciense es otra. Y, afortunadamente, es otra… para bien.