Por Julio César Hernández

En 2006, en la pasada Legislatura de triste memoria, los diputados no tuvieron un incremento salarial –como lo pretenden hacer ahora los actuales legisladores por lo que resta de su gestión-. Sin embargo, tuvieron un ingreso adicional por ocho mil 500 pesos, que se conoció cuando la entonces diputada perredista, Celia Fausto Lizaola, públicamente declaró que no aceptaría dicha cantidad.

En ese entonces se dijo que dicha cantidad era para cubrir los impuesto que tenían que pagar, por lo que aquel inexistente incremento salarial se convirtió en un monto de 8 mil 500 pesos contantes y sonantes que ingresaron por otra vía.

Ahora que los diputados han acordado no aumentarse el sueldo, es bueno saber en detalle el monto de los ingresos directos que reciben mensualmente y que, por supuesto, supera los 75 mil 463 pesos correspondientes a su sueldo neto, lo que podría explicar la bondadosa
actitud de no pretender ganar más en el renglón salarial.

Y en este punto es que aparece la famosa partida secreta número 8000, cuyo monto asciende a 58 millones de pesos 874 mil 204 pesos, repartidos entre las cinco fracciones parlamentarias y en la que es el diputado del Partido Verde Ecologista de México el que recibe el mayor monto en lo individual, que es de 2 millones 453 mil 647 pesos, por ser el único integrante de esta bancada.

A los poco más de 75 mil pesos que en materia de sueldos reciben los diputados, hay que sumarle ingresos directos por otros conceptos como 11 mil pesos para sus supuestas casas de enlace que no todos los diputados las han instalado y que si lo han hecho, responden más a atender asuntos partidistas que legislativas; el seguro médico que tiene hasta la cobertura dental; gasolina (por un total de mil litros); el pago hasta de las casetas que cubren los legisladores que vienen de otros municipios de la entidad; y apoyo para el pago de asesores que asciende a 50 mil pesos, entre otros ingresos más.

Pero a todo esto hay que sumarle lo que proviene de la partida 8000, y que en el caso del monto total que recibe cada fracción, entre un 25 y 30 por ciento se destina para el manejo de la propia coordinación parlamentaria -para asesores del grupo y otros gastos-, mientras que el resto de esta cantidad se divide en partes iguales para todos los diputados, que se equipara con una compensación que ronda los 100 mil pesos mensuales, que supuestamente se “justifica” con algunas facturas.

Quizás ahora nos queda más claro por qué nuestros diputados no objetaron la propuesta del panista Jorge Salinas Osornio, de “congelarse” un sueldo por 75 mil pesos al mes.