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Julio César Hernández
Hernán Cortés Berumen, dirigente estatal del PAN, tiene dos razones para comenzar la semana satisfecho: Por un lado, logró sacar la asamblea estatal sin los sobresaltos de los tiempos rosalistas; por el otro, el grupo político al que pertenece -el del ex gobernador Francisco Ramírez Acuña-, obtuvo la mayoría de espacios en juego para integrar el Consejo Nacional.
El reiterado discurso de Cortés Berumen que llama a la unidad entre panistas, tuvo sus primeros frutos el pasado domingo cuando el desarrollo de la asamblea se registró sin contratiempos, sin tensión y sin que un ambiente de “guerra” invadiera la sede del evento, allá en el auditorio “Benito Juárez”.
Y aun allí, como lo hiciera en días pasados ante jóvenes panistas en Tepatitlán, Hernán Cortés recurrió al mismo discurso que viene pronunciando desde que asumió la dirigencia del partido. Ahora expresó:
“Ya no estamos para echarnos culpas o hacer desacreditaciones ni para estar dividiendo al partido. Estamos para construir, conjuntar esfuerzos y ver a futuro, no para dividir o sembrar cizaña.
“Aquel que se diga panista y llegue a un municipio con la intención de dividir, con intenciones de meter cizaña, sáquenlo del partido, pues lo que hay que sembrar es confianza”.
Sin duda que ante los resultados obtenidos este domingo, Cortés Berumen continuará utilizando el discurso de la unidad como bandera, quizás en busca de que llegado el momento de la disputa por las candidaturas para el 2012, la disputa de ellas tenga los menos efectos negativos al interior y les permita recuperar parte de los espacios perdidos el cinco de julio del 2009.
¿Lo logrará? Al tiempo.