La enorme manta que ayer apareció cubriendo la mitad de un edificio de la avenida Agustín Yáñez, junto a la glorieta de la Minerva, en la que se observaban las imágenes de Jesús Pablo Lemus Navarro y Juan José Frangié con las palabras “corruptos” y “mentirosos”, parece ser apenas el inicio de una andanada de críticas que recibirá el primero por su paso en Zapopan como presidente municipal, ahora en la búsqueda de reelegirse.
Más allá de su pleito personal con el empresario Francisco Padilla, a quien Jesús Pablo responsabilizó de estar detrás de esa manta y acusó de amenazarlo de muerte, Lemus Navarro será el “blanco” de sus adversarios políticos y no políticos -aprovecharán aquello de “a río revuelto ganancia de pescadores”- ahora que comience su campaña proselitista por mantenerse en el poder. Y es que, la verdad, el propio ex presidente de la Coparmex dio material para que sus críticos tengan “parque” con qué ponerlo en evidencia de no haber cumplido con su compromiso de realizar un gobierno honesto y lejano a actos de corrupción.
En un video que circuló ayer  en redes sociales poco después de que se ventiló en estos mismos medios la enorme manta donde lo acusaban de corrupto y mentiroso, Lemus Navarro aseguró que lo que decía ahí eran “mentiras sobre mi persona” y que lo estaban difamando, al tiempo que advirtió: “lo quiero dejar muy claro, no me voy a parar en esta lucha contra la corrupción, contra todos esos pseudo empresarios corruptos…”.
Curiosamente, quien quiere ser otra vez presidente municipal de Zapopan no logró sacar adelante una licitación para el cambio de luminarias y mejorar el servicio de alumbrado público -con lo que los delincuentes hacen su “agosto” bajo la complicidad de la obscuridad en las calles-, luego de que se demostró que realizó un proceso lleno de irregularidades y presuntos ilícitos. Y no sólo eso, sino que la semana pasada el periódico Mural evidenció que su gobierno pagó más caro el material eléctrico que compró, al pagar hasta 10 veces más por carcasas para luminarias, no obstante que hubo empresas que ofrecieron un precio más bajo.
¿Es esta la lucha contra la corrupción en la que no se detendrá Lemus Navarro si logra reelegirse como alcalde? O sea, estará muy al pendiente “de la paja en el ojo ajeno, pero no de la viga en el propio”?
El caso de las luminarias no es el único caso escandaloso de presunta corrupción en el gobierno de Jesús Pablo Lemus, pero sí el más significativo e ilustrativo, sin olvidar los cargos que por casi mil 300 millones de pesos le impuso la Auditoría Superior del Estado por haberles perdonado el pago de licencias y derechos a empresarios y desarrolladores inmobiliarios en apenas los tres primeros meses de su gobierno en 2015.
Jesús Pablo Lemus, desde la primera ocasión que fue candidato a la presidencia municipal de Zapopan, era -y lo sigue siendo- muy dado a “rasgarse las vestiduras” y victimizarse, culpando a todos los demás de todas sus “desgracias”. Pero hoy tiene tras de sí poco menos de tres años de gobierno donde ha dejado un legado de irregularidades y presuntos ilícitos como presidente municipal.
Sin embargo, como ayer, seguramente nos estará recetando videos al más puro estilo de “La rosa de Guadalupe” para presentarse como el más pulcro de los políticos, creyendo que con eso nos puede robar una lágrima de solidaridad.