Al cierre del año pasado, el 2015, al interior del equipo del gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz se aseguraba que pronto vendrían cambios nuevamente en el gabinete. Auguraban que sería en este primer mes del 2016. La misma cantaleta de meses atrás que finalmente no se concretó en las fechas previstas o anunciadas.
No sé si deveras en los planes de Sandoval Díaz estaba hacer esos ajustes en su primer equipo y por alguna razón los canceló o pospuso. Algunos de sus colaboradores aseguran que fue esto último y que en este mes de enero vendrán los cambios esperados y no ejecutados en su momento. Se asegura que podría haber relevo hasta en cuatro secretarías, sin aventurarse a precisar nombres.
Estén o no en la agenda del Mandatario estatal, sin duda que este inicio de año es el momento de las grandes decisiones, necesarias para enfrentar lo que viene: una lucha política encarnizada con miras al 2018, en la que cada acción se interpretará como un punto a favor o en contra del titular del Ejecutivo, de su equipo y de su partido.
Si como se dice vienen cambios en el gabinete, sin duda que alguno o algunos de los que lleguen se integrarán a la lista que en su momento se elaborará de los prospectos a jugar por la candidatura del PRI a la gubernatura como a algunas alcaldías de la zona metropolitana. No pueden llegar perfiles para simplemente cubrir una vacante, pues hoy por hoy tanto en el gabinete como en otras áreas de donde surgen los precandidatos “la caballada está muy flaca”.
Y si habrá cambios en el gabinete, sin duda que obligado será ambién el relevo de Hugo Contreras Zepeda al frente cl comité estatal del Revolucionario Institucional. El hoy diputado y coordinador de la bancada priista en el Congreso no puede mantenerse con las dos responsabilidades. Aristóteles debe de tomar ya la decisión de encontrarle el sustituto definitivo que trabajará y enfrentará las próximas elecciones, pues no puede estar con el amago de que la designación venga del CEN y entrar, primero, a un “estira y afloja” y, luego, a una lucha con el centro.
Si el Gobernador decidirá quién será el nuevo presidente del PRI, tendrá que hacerlo también ya.
El principio de 2016 debe ser, para Jorge Aristóteles Sandoval, el momento de las decisiones para el cierre de su administración y para la entrega del poder. Más titubeos y más tibieza en su gobierno lo único que provocará será preparar el terreno del poder para sus adversarios. Tomar decisiones equivocadas como las previas a las elecciones del 2015, será entregarle el poder a sus adversarios.
Y sin duda él quedará como uno más de los gobernantes del PRI. Sin pena ni gloria. O con más pena que gloria. Al tiempo.