Si bien el PAN prácticamente ignora a los candidatos del Partido Movimiento Ciudadano, que encabeza por la gubernatura Enrique Alfaro Ramírez, su denuncia de que el PRI no cumplió con los requisitos establecidos para el registro de las planillas de candidatos a munícipes “rebota” a éste partido que, junto con el del Trabajo, postula candidatos a este cargo.
Y es que como ya se sabe, el PMC incumplió también con esos requisitos en el caso nada menos que de Guadalajara, pero también en El Salto y Sayula donde el candidato a la presidencia municipal reconoció que su postulación no fue firmada por el dirigente del PT.
Alfaro Ramírez ha guardado silencio ante este no menos bochornoso asunto que lo dejaría sin candidato a la alcaldía en estos tres municipio, doliéndole más, por supuesto, el caso de Guadalajara donde el candidato es nada menos que Salvador Caro Cabrera, quien vería con ello derrumbarse sus sueños de enfrentarse al panista Alberto Cárdenas.
Si el PAN le exige al Instituto Electoral que le niegue el registro al PRI porque en su documento de postulación de candidatos no iba la firma del dirigente del partido, indirectamente la solicitud se extiende para el PMC alfarista.
Y si la autoridad electoral le niega el registro al PRI, entonces automáticamente también se la negará al PMC.
Como el PRI, el PMC de Alfaro no tiene para dónde hacerse.
Una de las principales banderas que ha enarbolado Enrique Alfaro e su campaña es la de la legalidad; por lo tanto, tendrá que “hacer de tripas corazón” y reconocer que no puede “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. O como dicen en el rancho, no puede alegar aquellos de “hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”.
De hecho, llama la atención el sepulcral silencio que Alfaro Ramírez ha guardado sobre este caso. No tiene nada qué decir porque si lo hace, únicamente sería para aceptar el craso error que tendrá un costo muy alto para sus aspiraciones.
La fotografía que acompaña este texto es muy evidente y contundente. No admite contradicción ni argumento alguno que valga: no aparece la firma del representante del Partido del Trabajo, en la hoja de postulación de la planilla de candidatos a munícipes.
Y la ley es muy clara: si no hay firma… no hay registro.
Como tampoco hay la oportunidad de subsanar esta omisión. Por ley no la tiene el PRI; por lo tanto, tampoco la tendrá el PMC.
Hoy el alfarismo guarda silencio. Su crisis la esconden en las olas que se han levantado por la que enfrenta por la misma causa el PRI y por su original promoción de presumir a sus “pelones” o por el reclamo de que lo hacen candidato del PRD, sin serlo, en volantes “nada baratitos”, dijo, repartiendo culpas al PAN y PRI, como si ambos partidos se hubieran puesto de acuerdo para elaborarlos en complicidad.
Así, pues, la magnitud de la crisis que enfrenta Alfaro porque no tendría candidato a la alcaldía de Guadalajara es proporcional a la que enfrenta el PRI por que no tendría candidato en Zapopan y Tonalá.
Pero de eso, no se habla.